Con la aprobación en el pleno extraordinario que se celebró ayer en el Consell d’Eivissa de la ordenanza fiscal que fija la tarifa a pagar por parte de los turistas que quieran entrar a la isla con su vehículo y de las empresas de ‘rent a car’ se termina una carrera a contrarreloj por parte de la institución ibicenca para poder aplicar la limitación de vehículos a partir del próximo 1 de junio, tal y como marca la ley. Atrás quedan multitud de reuniones, informes, contestación de alegaciones y mucho trabajo para poner en marcha una normativa que pretende poner freno a las aglomeraciones en la red viaria de la isla durante la temporada turística. De momento, el Consell d’Eivissa ha descartado 11.000 peticiones de autorización para las empresas de ‘rent a car’, que este verano contarán con 16.000 vehículos. Otra de las medidas que se pretende conseguir es disminuir la afluencia de caravanas y autocaravanas, cuya proliferación en la isla viene motivada por los elevados precios del alquiler de viviendas, que convierten a estos vehículos en alternativas habitacionales. Sin embargo, las administraciones públicas quieren evitar a toda costa su presencia ya que suponen todo un peligro cuando se estacionan sin ningún tipo de control en áreas rústicas, sobre todo en zonas forestales.
Puesta en marcha progresiva.
Este primer verano de limitación de vehículos no contará con todas las herramientas de control. El Consell d’Eivissa ha previsto la instalación de cámaras por toda la isla para controlar que los vehículos que circulan por nuestras carreteras cuentan con permiso. Unas cámaras que no se instalarán este verano, por lo que serán los inspectores y las policías quienes se encarguen de las tareas de control.
Apoyo social.
La limitación a la entrada de vehículos en Ibiza tiene un apoyo social incontestable. Los ibicencos son conscientes que para mantener e incrementar su bienestar es necesario la instauración de ciertos límites. Grandes empresas, cuyo principal objetivo es su propio beneficio, han intentado y lo seguirán intentando tumbar una ley que pone trabas a su negocio, lo cual resulta lícito y normal. Pero Ibiza ha decidido que ahora toca poner límites. Tiempo habrá para rectificar o establecer nuevas barreras si es necesario.