El Govern Prohens acaba de dictar una orden para agilizar la tramitación y ejecución de los proyectos con fondos del Impuesto de Turismo Sostenible. Esta decisión coincide con la difusión de un demoledor informe, redactado por la Sindicatura de Comptes de Balears, que desnuda al anterior Govern de Francina Armengol cuando pone de manifiesto que sólo ejecutó 59 millones de los 480 que ingresó con la ecotasa desde 2017. El informe del organismo encargado de fiscalizar la actividad económico-financiera de las administraciones de Balears denuncia el caos y descontrol en la gestión de este impuesto, lo que provoca el bajísimo nivel de ejecución de los proyectos durante el periodo 2017-2023 del Govern del Pacte. Llaman la atención todas las dificultades de la Sindicatura para elaborar este análisis, lo que impide emitir una auditoría. No avala los datos de la ecotasa y tampoco puede garantizar de que durante todo el procedimiento se haya cumplido la ley «debido al efecto muy significativo de limitaciones al alcance del trabajo de auditoría realizado».
Proyectos convertidos en papel mojado.
Los síndicos, encabezados por Joan Rosselló, denuncian la falta de gestión y critican que buena parte de los proyectos acaban siendo papel mojado. Por ejemplo, se plantea construir un centro deportivo y se le asigna un presupuesto, pero no hay terrenos para hacer este equipamiento ni se redacta el proyecto técnico.
No puede seguir siendo un cajón de sastre.
El Govern, tal como propone la Sindicatura tras detectar deficiencias en prácticamente todos los expedientes, ha de tomar el control y gestionar directamente la ecotasa. También debe redactar las auditorías de ejecución del impuesto que marca la ley. La ecotasa se convirtió, con el anterior Govern, en un cajón de sastre con actuaciones financiadas que incumplen los objetivos y compras que supondrán un gasto durante años. No se puede repetir.