Una vez más, un integrante del Gobierno de Pedro Sánchez viene a Ibiza a abordar algún problema que padece la isla y no convoca al Consell d’Eivissa, máxima institución insular de la isla. En esta ocasión, Pilar Cancela, secretaria de Estado de Migraciones, visitó este miércoles la isla en compañía de Alfonso Rodríguez, delegado del Gobierno en las Islas, para abordar la crisis migratoria que padecen las Pitiusas y la falta de recursos que tienen ante la misma, sobre todo en la gestión y dotación económica de los menores no acompañados.
Ruta no reconocida.
Cancela anunció que el Gobierno estudiará estos días sobre el terreno los recursos humanitarios que necesita Baleares ante el incremento en la llegada de inmigrantes llegados en patera a la islas.
La secretaria de Estado de Migraciones aseguró que Baleares «necesita una mirada preferente» en materia de inmigración después de que en los últimos tres años se haya «constatado que hay una realidad que se va incrementando de manera exponencial». Sin embargo, no llegó a reconocer que la ruta Argelia-Baleares esté consolidada sino que presenta una «tendencia al alza» en la llegada de migrantes. Al mismo tiempo, Rodríguez Badal deslizó que el recurso judicial que ha presentado Prohens en cuanto al reparto de menores migrantes no acompañados mediante el cual a las Islas le tocaría acoger a 49 más podría volverse en contra de Baleares en cuanto éstas necesiten precisamente el amparo de otras comunidades para repartir a los menores que a las Islas llegan.
Sin escuchar.
A esta visita institucional no fueron invitados ni el presidente del Consell d’Eivissa ni el de Formentera, la isla más afectada por la llegada masiva de migrantes. Tanto Vicent Marí como Óscar Portas coinciden en afirmar que se trata de una «marginación» hacia las Pitiusas en tanto que son las máximas instituciones insulares quienes más conocen la realidad migratoria que están sufriendo, pues son quienes tienen que gestionar los recursos. La visita de la secretaria de Estado de Migraciones se saldó con la promesa de más recursos económicos y más espacios para la atención de migrantes, pero la crisis migratoria que padecen Ibiza y Formentera va mucho más allá, pues entran cuestiones logísticas y de personal para la atención de migrantes.