La visita de la secretaria de Estado de Migraciones, Pilar Cancela, a Ibiza ha dejado descontento a los consells insulars pitiusos, que esperaban poder explicarle en primera persona los quebraderos de cabeza que tienen a la hora de tutelar a las decenas de menores no acompañados que llegan en patera a las costas pitiusas en los últimos años. Pero no fue así. Cancela solo asistió a una reunión con los máximos representantes de la Guardia Civil y Policía Nacional en Baleares, además de con el delegado del Gobierno en el archipiélago balear, Alfonso Rodríguez Badal, para mirar de conseguir más espacio en los puerto de Ibiza y la Savina para asistir en mejores condiciones humanitarias a los inmigrantes que llegan a nuestras cosas.
Ruta más que consolidada.
Pese a que los datos de llegadas de inmigrantes en los últimos años hablan por sí solos, el Gobierno sigue sin declarar la de Argelia con las Islas Baleares como ruta migratoria consolidada. Dijo Cancela en Ibiza que eso es tarea del Ministerio del Interior. Lo que está claro es que el goteo de inmigrantes que salen de la costa argelina hacia el archipiélago balear es constante y crece exponencialmente desde los últimos años. A nadie se le escapa que las relaciones entre España y Argelia están en su peor momento desde que el Gobierno de Pedro Sánchez decidiera cambiar de posición y alinearse con las tesis de Marruecos en torno al conflicto con el Sáhara. Una postura que no ayuda en nada a que cambien las cosas en la ruta migratoria entre Argelia y Baleares y de lo que se aprovechan las mafias.
Menores.
Que Pilar Cancela no aprovechara su visita a Ibiza para reunirse con el Consell d’Eivissa y el de Formentera no tiene ningún sentido. La tutela de menores es una competencia autonómica que ha sido traspasada a los consells insulars, pero las nulas relaciones entre España y Argelia están provocando un claros perjuicios a las instituciones pitiusas, que no tienen suficiente recursos humanos ni económicos para gestionar la llegada de tantos menores no acompañados año tras año. La visita de Cancela a Ibiza fue una oportunidad perdida para poner los problemas sobre la mesa y encontrar una solución.