En plena crisis migratoria en Baleares, con la ruta del archipiélago ya dramáticamente consolidada, la guerra desatada entre el Gobierno central y el Ejecutivo autonómico se ha recrudecido en las últimas horas. La negativa de Marga Prohens a acoger más menores migrantes ha indignado a Madrid y ayer el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, el canario Ángel Víctor Torres, amagó con la intervención de las Fuerzas de Seguridad (Policía Nacional y Guardia Civil) si se frena este reparto por parte de algunas comunidades. La reacción de la presidenta balear ha sido inmediata y ha calificado de «amenazas» las declaraciones del ministro y le ha pedido que «se deje de matonismo» y que el Gobierno central actúe de una vez por todas en la gestión de la avalancha de pateras que vive Baleares. La crisis de las pateras amenaza con dinamitar las ya de por sí complejas relaciones con Pedro Sánchez. Lo que está claro, a estas alturas, es que alusiones a una posible intervención de la policía no ayudan en nada en la resolución de la presión migratoria que sufre Baleares y son del todo desafortunadas en tanto que provienen de un ministro y, por tanto, del Gobierno central. El sentido común y el diálogo entre las partes debe prevalecer, porque está en un juego un asunto muy delicado y que afecta de lleno a Baleares, como ya lo hace desde hace años a Canarias.
Sin capacidad.
La presidenta Prohens dejó este martes claro de nuevo que las Islas están actualmente sobrepasadas con el goteo constante en la llegada de migrantes y que los consells no tienen capacidad logística y económica para atender las incesantes llegadas y, además, recibir a más ‘menas’ de Canarias que lo que harán es aumentar la presión económica y logística de las instituciones de las Islas. En este punto es preciso recordar, además, las demandas de policías nacionales y guardias civiles, quienes también reclaman más medios y personal para poder gestionar estas llegadas.
Vigilancia policial.
En este drama humanitario tampoco hay que descuidar, como ya alertó en un informe Frontex, la vertiente policial, para evitar que algunos delincuentes pueden utilizar la ruta de las pateras para entrar ilegalmente en Europa con oscuras intenciones.