Ibiza y Formentera, así como el resto de Islas pero especialmente las Pitiusas, llevan tiempo viviendo una grave crisis migratoria. En lo que llevamos de año, en concreto hasta el 19 de septiembre que es cuando llegó la última patera a las costas pitiusas, Ibiza y Formentera han recibido la llegada de 2.173 inmigrantes ilegales, muchos de los cuales son menores no acompañados. Así, el número total de menores no acompañados tutelados en Formentera e Ibiza asciende a 221, con 136 bajo la tutela del Consell de Formentera y 85 bajo la de la máxima institución insular de Ibiza. Ambos Consells llevan tiempo alertando de la saturación del sistema de acogida de ‘menas’, con centros como el Pare Morey que no dan más de sí, por lo que tienen que habilitar pisos e incluso casas de campo y campamentos donde poder alojarlos.
La realidad
La presidenta del Govern, Marga Prohens, reiteró en su visita esta semana a las Pitiusas que el problema es que el Gobierno central no reconoce el drama migratorio que viven Ibiza y Formentera, con policías y guardias civiles que no dan a basto, falta de infraestructuras de acogida y destinando cantidades ingentes de dinero al mantenimiento de estos menores no acompañados. En esta misma línea se expresó el líder de los populares, Alberto Núñez Feijoó, en su visita a Formentera para reunirse con policías y guardias civiles, quienes le insistieron en, precisamente, que no hay medios suficientes para afrontar las oleadas de pateras que asolan las costas pitiusas.
Parches e irresponsabilidad
Mientras tanto, el Gobierno socialista de Pedro Sánchez sigue sin aportar soluciones reales basadas en política exterior y únicamente apuesta por parches como la instalación de barracones modulares en los puertos de Baleares para atender migrantes. En paralelo, una expresidenta socialista del Govern como Francina Armengol, ahora tercera autoridad del país, presumiendo de política migratoria y diciendo, textualmente, que trabajan para que lleguen los inmigrantes ilegales en pateras en condiciones de seguridad.