La gobernabilidad del país está más en entredicho que nunca con el último órdago que ha lanzado esta semana Junts a Pedro Sánchez anunciando que no apoyará ninguna iniciativa que salga del Gobierno. «Podrá mantener el poder, pero no gobernar», expresó Miriam Nogueras. Tras este anuncio público, los socialistas han intentado restar importancia al hecho de que necesitan los siete apoyos de Junts y sigue manteniendo la esperanza en negociar. Sin embargo, Junts ha vuelto a reiterar que no hay vuelta atrás en su decisión de bloquear la legislatura. Así, presentarán enmiendas de totalidad a todas las leyes del Gobierno actuales y futuras, incluidos los Presupuestos. «No vamos de farol», insiste Nogueras, quien deja claro que la relación con el Gobierno está rota de forma «irreversible». Ante esta situación se abren escenarios como la moción de censura, la convocatoria de elecciones anticipadas o bien agotar la legislatura hasta 2027, algo que sin duda sería inaguantable para el conjunto del país, pues el bloqueo sería total.
Sánchez, enrocado en el poder.
Hasta este viernes Sánchez no se había pronunciado y, como era de esperar, señaló que su intención es agotar la legislatura a pesar de que el Gobierno que preside está muy debilitado, sin apoyos y salpicado por escándalos como el ‘caso Koldo’, el presunto enchufismo del hermano de Sánchez en Badajoz o el caso de la mujer de Sánchez. Así, Sánchez aseguró este viernes que se toma «muy en serio» a Junts, pero apostó por acabar la legislatura, algo que «merece la pena el esfuerzo».
El jefe del Gobierno ratificó que su intención es presentar un proyecto de Presupuesto para 2026, pero afirmó que, con nuevas cuentas o sin ellas, «España seguirá avanzando y el Gobierno continuará con su hoja de ruta hasta que termine esta legislatura en 2027», lo que no ha desvelado es cómo lo hará si no cuenta con los apoyos necesarios. Sánchez se mostró convencido de que el país «está atravesando uno de sus mejores momentos de los últimos 45 años» y apostó por continuar con la «receta» del diálogo y la negociación para llegar a compromisos con los demás partidos.
Sin salida.
El posicionamiento de Junts deja en la estacada y aún más debilitado si cabe al Gobierno de Sánchez. Queda por ver si la postura de los catalanes provoca un ‘efecto dominó’ en el resto de formaciones nacionalistas presentes en el Congreso. El tablero político es incierto, convulso y con una tensión que, inevitablemente, irá a más a medida que se acerquen los comicios de 2027, si es que no hay elecciones antes.