José Luis Ábalos, exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE, que ejerció un poder absoluto con Pedro Sánchez en la secretaría general y manejó el mayor presupuesto público de España, está acusado de seis delitos -entre ellos cohecho, tráfico de influencias y malversación- y desde el pasado jueves está encarcelado en la prisión de Soto del Real. Desde este centro penitenciario proclama: «Sigo fuerte y firme, y metiéndome en prisión no me van a doblegar ni a callar…», lanzando así una seria advertencia de que tiene en su poder mucha información. De hecho, concedió una entrevista a un medio de comunicación nacional justo antes de entrar en la cárcel en la que hablaba del rescate de Air Europa y de Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno. En este punto es preciso recordar que Ábalos es el primer diputado en activo que ha quedado sin libertad en la democracia española, lo que acentúa la gravedad y lo insólito de un caso que interpela al Gobierno PSOE-Sumar, del que formó parte; al Partido Socialista, del que fue uno de sus máximos responsables; y al presidente del Gobierno y primer secretario del PSOE, Pedro Sánchez, que evidencia su torpeza al confiar en este hombre, hoy acusado, junto a su mano derecha Koldo García, también en prisión, de formar parte de una organización criminal para delinquir con recursos públicos.
En paralelo, este lunes ha trascendido que el el Gobierno tiene previsto aprobar este martes en el Consejo de Ministros el ascenso a general del coronel jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, lo que obligará al relevo del máximo responsable de esta unidad que está investigando a Ábalos, Koldo y Cerdán.
Indignación
Las andanzas de Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán, que, por decisión de Sánchez, relevó al exministro en la secretaría de Organización del PSOE, provocan estupor e indignación. Quien ahora proclama que sigue «fuerte y firme» y su asesor están en prisión por una causa separada de la que implica a Cerdán -la trama de contratación irregular de mascarillas durante la pandemia- que los vincula al cobro de comisiones para amañar contratos de obras públicas. La ciudadanía se está movilizando y, de hecho, este lunes el PP convocó con éxito una manifestación en contra de la presunta corrupción que envuelve al Gobierno y a Pedro Sánchez.
Presunta trama corrupta
Los hechos que investigan los jueces, a partir de los informes de la Guardia Civil y la Policía, son gravísimos. Toda una trama de corrupción que operó desde el propio ministerio. El - no puede desviar la mirada y debe asumir responsabilidades por el vitriólico coste político de unos comportamientos que nunca habían tenido que ser tolerados porque debían haber sido advertidos y erradicados mucho antes.