LLas lluvias torrenciales que azotaron Ibiza el pasado 30 de septiembre y 12 de octubre, que llegaron a dejar 300 litros por metro cuadrado, provocaron innumerables destrozos en la mayoría de municipios de la isla de Ibiza, dejando directamente sin casa, negocio o coche a decenas de personas, además de afectar gravemente a diferentes infraestructuras de la isla, como el túnel del aeropuerto o el torrente de sa Llavanera. Un mes después de los destrozos, vecinos y pequeños empresarios aún seguían limpiando garajes y negocios. Por fortuna, no hubo que lamentar pérdidas personales.
Coordinación.
Emergencias del Govern se coordinó rápidamente con el Consell d’Eivissa y éste con los ayuntamientos para las tareas de reconstrucción. Pasadas las semanas, llegaba un momento difícil: hacer frente económicamente a pérdidas de viviendas, coches o directamente negocios. Por ello, el Govern habilitó una partida de cinco millones de euros, que rápidamente el Consell ha gestionado para poder distribuir las ayudas. En este sentido, las primeras 72 ayudas por valor de 182.000 euros ya se han resuelto esta semana, por lo que los pagos empezarán en breve. Se contemplan ayudas para viviendas de hasta 2.500 euros; vehículos o pequeñas empresas que podrán optar hasta 10.000 euros, en función de los daños acreditados. En total, el Consell d’Eivissa ha recibido más de un centenar de peticiones de ayuda de personas afectadas. De estas, un 30 % son para viviendas afectadas, un 40 % para vehículos y un 30 % para pymes.
Rapidez.
El Consell d’Eivissa dejó claro que actuaría de forma rápida y coordinada para gestionar las solicitudes y dar salida a las ayudas económicas y así lo está haciendo. En paralelo, una vez más, la lentitud y poca agilidad del Gobierno central, que accedió a publicar a finales de noviembre la declaración de Zona Gravemente Afectada por una Emergencia de Protección Civil que habían solicitado casi todos los ayuntamientos menos Sant Antoni y casi al cierre del presente año aún no ha salido publicada en el BOE, por lo que los consistorios no saben cuáles son los próximos pasos a dar. Como todo lo que depende del Gobierno, llega mal y tarde a Ibiza.