Resulta bastante difícil, por complejo, averiguar el precio medio de una vivienda en Balears, incluso el de la relación entre el metro cuadrado construido y su coste. Para muestra basta ver que la Sociedad Tasaciones Inmobiliarias calcula un aumento de precios de un 18 por ciento, mientras la Asociación de Promotores y Constructores de Balears lo reduce nada menos que en diez puntos dejándolo en torno al 8 por ciento.
A partir de estos datos, más difícil aún es explicar este aumento, aunque se apuntan muchos datos para este cálculo. En primer lugar, el precio del suelo que en Balears es escaso y muy limitado. En segundo lugar, el nivel de ingresos por cabeza es muy superior a otros de zonas menos florecientes, lo que se traduce en una demanda de mucha más calidad.
También influyen otras causas como la demanda por parte de ciudadanos extranjeros que quieren ser residentes, fijos o esporádicos, en nuestras islas. Los alemanes, especialmente, han encarecido varios tipos de construcciones, nuevas o existentes, como las de zonas rústicas o residenciales en puntos estratégicos cuyo precio se ha disparado.
El aumento de la calidad en la construcción, en los acabados y en el suelo urbanizable, significa, por tanto, el aumento del precio. Es suficiente comprobar el aumento del número de viviendas unifamiliares de nueva construcción, ya sea en chalets, pareados o adosados, para comprender que el precio medio de la vivienda ha de crecer de forma inevitable.
Las nuevas urbanizaciones que rodean la capital y muchas zonas de la costa son un ejemplo positivo de la misma manera que es negativa la corriente de abandonar las viejas viviendas en el caso antiguo de Palma. Digamos, pues, que éste es un aumento producto de nuestra buena salud económica.