Las distinciones del Hotel Club Goleta con el «Award of Excellence» por parte del touroperador Airtours y del Hotel Club Siesta con el «Best family property» de First Choice ponen en evidencia que los esfuerzos realizados por la oferta hotelera de Eivissa no han pasado desapercibidos a los mayoristas del Reino Unido. A estos reconocimientos hay que sumar la concesión al Hotel Playa Real del distintivo «Q» de calidad, un sello que espera con impaciencia el Seaview de es Port des Torrent y que también seduce a un amplio grupo de establecimientos, interesados en alcanzarlo. En los dos primeros casos, los mayoristas han ejemplificado la oferta que se puede conseguir de Eivissa comparándola con la del resto del mundo, y deja a nuestros alojamientos en una posición envidiable en un sector económico cada día más competitivo, demostrando, así, el interés del turismo pitiuso por consolidar un camino que supone el mejor seguro de la economía pitiusa, un camino que, sin embargo, mantiene todavía intacto mucho de su recorrido. Eivissa lucha contra una imagen que se pensaba inalterable pero que, en la práctica y como resaltan las últimas distinciones, afortunadamente va sufriendo cambios que permiten que los empresarios tomen confianza en lo que se refiere al mantenimiento de este esfuerzo. La confianza es necesaria si tenemos en cuenta que, según la propia Conselleria de Turisme del Consell Insular, al menos 34 establecimientos han incumplido las disposiciones de la Ley de Modernización dictada en el año 1990 y que se complementa con una moratoria de creación de nuevas plazas destinada a promover la mejora de la oferta. El objetivo tiene que consolidarse: hay que acabar con una oferta desigual en la que la mejora de muchos fuera empañada por la desidia de otros para que brille más lo que se va consiguiendo tan poco a poco.
Editorial
Seguir el camino de la modernización