Aznar ha sorprendido a propios y a extraños con una remodelación del Gobierno, la más grande jamás emprendida desde que ostenta la jefatura del Ejecutivo, que se presume precipitada, quizá por los acontecimientos más recientes. Sin embargo, se ha producido ahora y los motivos son todavía confusos, aunque hay teorías para todos los gustos. De hecho, algunas de las fichas que se rumoreaba saldrían del tablero de juego no lo han hecho "Jaume Matas o Pilar del Castillo" y otras, que se daban por seguras, desaparecen del mapa como Cabanillas.
A nadie se le oculta que esta remodelación hay que analizarla de cara a la futura sucesión de Aznar. Todos los posibles sucesores, salvo Mayor Oreja, están en el Gobierno: Rajoy, Rato, Acebes, Zaplana, Arenas, ...
Otras fuentes "los sindicatos, por ejemplo" prefieren adivinar en la remodelación el «castigo» a algunos ministros "Trabajo" tras la huelga del 20-J. Pero también hay que ver la clava autonómica. Al menos, dos ministros están llamados a optar a la presidencia de sus respectivas comunidades, pero cuando llegue el momento. Por ahí van los tiros en el caso Josep Piqué, que baja de categoría al perder Exteriores para quedarse en un ministerio menor. Su destino será, probablemente, intentar acceder a la Generalitat catalana en 2003. Y lo mismo puede decirse de Jaume Matas, candidato a la presidencia de Balears.
Por lo demás, una huelga general, la necesidad de recuperar el diálogo social, una caída en los sondeos, la subida a su vez de la popularidad del PSOE, una situación económica que no despierta del todo y el debate de la Nación a la vuelta de la esquina son motivos que se plantean como determinantes para la sorprendente decisión de Aznar.