Si hay algo que los ciudadanos de Balears están reclamando desde hace años es una política social adecuada al crecimiento económico que nuestra Comunitat ha desarrollado en las últimas décadas. Si bien el bienestar se ha extendido a casi todas las capas de la sociedad, también es cierto que persisten áreas atendidas muy deficientemente y otras que merecen mayor respaldo por parte de las instituciones.
Siempre se ha dicho que la tercera edad, los minusválidos, los enfermos y sus familias han carecido de suficiente apoyo; algo similar puede decirse ahora de los jóvenes, que han visto evaporarse sus posibilidades de acceder a una vivienda con el drástico encarecimiento del mercado inmobiliario en los últimos años.
Por eso, iniciativas como la del Govern de ayudar siquiera levemente a los jóvenes y a las familias con hijos a través de algunas ventajas en la declaración de la renta "las pensiones más enjutas ya se vieron beneficiadas anteriormente" son bienvenidas.
Está claro que no se solucionarán todos los problemas con desgravaciones fiscales, pero siempre ayudarán un poco. Si el conjunto de partidos que nos gobiernan se enorgullece al tildarse a sí mismo de «Pacte de Progrés», está claro que debe dar ejemplo en sus políticas sociales.
Hay mucho por hacer, pues a nadie se le escapa que la excelente progresión de la economía balear ha promovido durante años la iniciativa privada en ámbitos como la sanidad, la educación o la asistencia social, en otras regiones mucho más dependientes de lo público. Es hora de que aquí también se dignifique lo público con fondos y proyectos "la construcción de vivienda social es una opción", que no sólo se restrinjan a las mencionadas deducciones en la declaración de la renta.