El primero de marzo se instituyó como Dia de les Illes Balears hace dos décadas, con la aprobación del Estatut d'Autonomia que hoy rige nuestro sistema político. Es indudable que es una festividad institucional que llega poco a la ciudadanía, para la que constituye una magnífica ocasión de contar con un día libre, pero poco más.
Y no es de extrañar, pues si bien en otras comunidades autónomas con más solera las conmemoraciones que «hacen país» gozan de enorme popularidad y se viven casi con pasión por parte de la ciudadanía, aquí estamos muy lejos aún de lograrlo. En parte por la principal característica que nos define, el carácter insular de la comunidad -que obliga a celebrar la Diada de modo itinerante por todas las Islas- y, en parte, por nuestra particular idiosincrasia, que nos hace poco amigos de manifestaciones populistas.
A nadie se le escapa que mallorquines, menorquines y pitiusos son diferentes, aunque tengan también fortísimos lazos de unión que quizá guste algunas veces olvidar. Algo parecido ocurre en otras regiones, donde las distintas provincias mantienen marcadas señas de identidad -guipuzcoanos, alaveses y vizcaínos, por ejemplo- y, sin embargo, planea sobre todas ellas, con enorme peso, el rasgo común, una identidad como pueblo que en el caso de Balears no existe.
Probablemente la historia ha tenido mucho que ver en ello, dadas las distintas influencias que han sufrido las Islas a lo largo del tiempo, pero hay sin duda un factor determinante: el centralismo ejercido secularmente desde Mallorca, como representante a su vez del Gobierno central, que ha ofendido a las otras islas provocando ese sentimiento de independencia casi rebelde.
Hoy está en nuestras manos eliminar susceptibilidades, dotando a cada isla de su propio autogobierno, sin que ello signifique reducir a la nada al Govern balear, y reforzar los vínculos y sentimientos, pero para ello es prioritario conocerse, intercambiar culturas y experiencias. Nada de eso será posible mientras viajar entre las islas sea caro y complicado como ahora.