Había cierto interés político por saber hacia dónde iba a encaminar sus pasos el Partido Popular después de la determinación de su líder, Mariano Rajoy, de dejar atrás el pasado y mirar con firmeza hacia el futuro. Algunos creyeron ver en esas palabras la intención de compatibilizar las distintas corrientes internas del partido para satisfacer las demandas de un electorado muy numeroso, dividido también entre unos sectores más radicalmente conservadores y otros más centristas.
Ahora empezamos a ver por dónde van esos pasos. La primera gran noticia que ha lanzado el PP desde aquel momento es el anuncio de recurrir al Tribunal Constitucional la recién aprobada ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. Una decisión que ha tomado personalmente el propio Rajoy y que ha despertado un sonoro revuelo no sólo entre las filas de la comunidad homosexual, sino también en el Partido Popular, lo que probablemente viene a poner en evidencia que las posturas más extremas siguen siendo las que imperan entre la clase dirigente del PP.
De cualquier forma, los conservadores siempre se han pronunciado a favor de reconocer los derechos de las uniones entre parejas del mismo sexo, aunque sin utilizar el término «matrimonio», por lo que quizá, en caso de que prosperara el recurso presentado, tampoco cambiaría la esencia de la ley.
Lo complicado de un asunto de este calibre es que millones de personas han acogido con inmensa satisfacción una ley que otorga derechos no sólo a los homosexuales de la izquierda, sino a todos ellos. Y quizá los gays y lesbianas de tendencias conservadoras no podrán comprender este ataque cuando el Congreso de los Diputados ya ha dado su visto bueno a la ley.