Estamos celebrando la venida del Espíritu Santo sobre el Colegio Apostólico. Momentos antes de la Ascensión los Apóstoles volverán a recibir la misión de dar testimonio de Jesucristo. Ellos han sido testigos del ministerio público, de la Muerte y Resurrección de Cristo, condición para poder formar parte del Colegio Apostólico. Pero con la venida del Espíritu Santo se iniciará la predicación pública de los Doce y la vida de la Iglesia. Cuando venga el Defensor, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio. Pero también vosotros daréis testimonio.
En el Aerópago de Atenas, San Pablo habló así: Atenienses, observo que sois en extremo religiosos. Pues paseando y observado vuestros lugares de culto, sorprende un ara con esta inscripción. "Al Dios desconocido". Pues bien, al que veneráis sin conocerlo, yo os lo anuncio. Es el Dios que hizo cielo y tierra y cuanto contienen ( Hechos, 17, 22-24). Para muchos cristianos el Divino Espíritu, es también el Dios desconocido. Jesús subió al cielo, pero permanece con nosotros por su Espíritu que es el Alma de la Iglesia a la que asiste , y santifica nuestras almas.
"Hermanos: Andad según el Espíritu y no realicéis los deseos de la carne( Gál. 15, 16-25)
Las obras de la carne están patentes: fornicación, impureza, libetinaje, idolatría, hechicería, enemistades, contiendas, envidias, rencores, rivalidades, partidismo, sectarismo, discordias, orgías y cosas por el estilo. Y os prevengo, como ya os previne que los que así obran no heredarán el reino de Dios. En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, lealtad, amabilidad, dominio de sí, comprensión, servicialidad, bondad. ¡Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor!