La génesis de todo este paripé de las reuniones informativas sobre la reforma de la carretera de Santa Eulària hay que buscarla en el despacho del departamento de Transparencia del Consell d'Eivissa, dirigido por la podemita Viviana de Sans. A los consellers de Guanyem–Podemos no les gusta nada el desdoblamiento de esta vía y les repatea el hígado tener que votar a favor. ¿Solución? Montamos un pseudoreferéndum, hacemos perder el tiempo a la gente pensando que su opinión va a servir para algo y luego nos lavamos las manos el día de la votación en el pleno asegurando que somos la voz del pueblo. Señores de Guanyem–Podemos: caretas fuera. Si creen que este proyecto que lleva años consensuándose con administraciones y vecinos no sirve para minimizar el problema de tráfico con el que se encuentran miles de vehículos a diarios en Ca na Negreta, díganlo, voten en consecuencia, presenten una propuesta alternativa seria y dejen de gastar el dinero de los ciudadanos para contentar a las bases de sus formaciones.
Me imagino que al serio, reflexivo y sensato presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Torres, no le debe de estar gustando nada cómo se están sucediendo los hechos estos últimos días pero me niego a creer que, como dicen sus adversarios en la oposición, está «secuestrado» por sus compañeros podemitas. Bien es cierto que ambos socios del equipo de gobierno en la máxima institución insular tienen bien definidas sus responsabilidades, en las que poco o nada tiene que decir la otra parte. Sin embargo, Torres sabe que cualquier movimiento en falso, sea responsabilidad del PSOE o de Guanyem–Podemos, puede pasarle factura en un futuro.