Mucha tinta está corriendo en defensa de las cabras de Es Vedrà, aunque no sé si se puede comparar con la sangre derramada por estos pobres e indefensos animales. Como cualquier ciudadano de Eivissa y Formentera tengo un gran aprecio y admiración por nuestra flora y fauna, por nuestra historia, cultura y tradiciones, y soy un firme defensor de nuestro rico patrimonio. Pero quiero dejar claro que en Es Vedrà, el fin no ha justificado los medios agresivos y radicales empleados. Estoy seguro de que nadie a estas alturas discute EL QUÉ, sino EL CÓMO. La mayoría de los ciudadanos es consciente de que las cabras causaban un daño a la flora endémica de Es Vedrà y que era necesario preservar su ecosistema. Pero también estoy convencido de que esa misma mayoría de ciudadanos, repudia y rechaza la manera en que las administraciones públicas (consellerias de Medio Ambiente del Govern y del Consell, y sus responsables políticos) han resuelto este problema.
Además, no entiendo, -y pienso que muchos ciudadanos tampoco-, cómo ahora que están tan de moda las consultas populares, no se consultó antes a los ciudadanos de Eivissa si preferían erradicar el problema matando las cabras a tiro limpio, o buscar otras formas, aunque hubiesen significado una mayor inversión y alargar la solución un poco más en el tiempo. Parece ser, según explica el socialista Simón Planells, que en las negociaciones entre el PSOE y Podemos para formar gobierno en el Consell se introdujo el tema de la retirada de las cabras de Es Vedrà, al igual que el de la carretera C733 entre Vila y Santa Eulària. Me pregunto entonces ¿por qué no se ha llevado a cabo una consulta popular para saber si la ciudadanía de Eivissa prefería o no retirar las cabras de Es Vedrà a tiros? Lo curioso es que en este caso, los políticos (PSOE- Podemos) se escudan en que han tomado una decisión correcta, una resolución avalada por los expertos en la materia y su palabra es sagrada y, por tanto, deben presuponer que sobra la consulta. ¿Acaso tienen miedo de conocer la opinión de los ciudadanos?, (parafraseando su manido argumentario). ¿Acaso la opinión de los expertos que han avalado la reforma de la carretera de Santa Eulària no tiene el mismo peso, o es que su palabra no cuenta, no es sagrada y en ese caso sí es preceptivo saber la opinión del ciudadano sobre la carretera antes de ejecutar la reforma? A esto se le llama incongruencia. Las consultas a la carta, con una doble vara de medir de Podemos según convenga o no a sus propósitos ideológicos persiguen contentar a sus bases, confundir al ciudadano y debilitar o aniquilar a su socio de gobierno en el Consell, porque de lo contrario no se entiende su forma de actuar.
La política de hechos consumados de Es Vedrà ha herido la sensibilidad de muchas personas, causando un efecto en cadena que ha corrido como la pólvora y ha sobrepasado nuestras fronteras, demostrando que nuestros representantes políticos tienen que tener mucho más tacto a la hora de abordar temas que pueden ser tan sensibles como éste, en una sociedad cada vez más sensibilizada con el maltrato animal, y que ahora por muchos informes técnicos de biólogos, veterinarios u otras entidades, no van a paliar. A veces escuchando a la gente del lugar se pueden afrontar problemas que, aparentemente, no tienen solución fácil, como se ha demostrado en unos vídeos en donde se observa a los vedraners capturar varias cabras vivas sin excesivas dificultades.
Sea como fuere, el daño está hecho y la herida tardará en curar en las personas más sensibles de la sociedad ibicenca y en algunos responsables políticos, como Vericad, que han sido amenazados a través de las redes sociales, hecho que, al margen de tratarse de un delito, es totalmente repudiable, deleznable e incomprensible. Otra vez, el fin no justifica los medios, ya que a través de la violencia no se soluciona nada, para eso están las urnas. No quiero acabar estas líneas sin antes hacer unas cuantas preguntas retóricas: ¿Qué pasaría si un payés dejase los cadáveres de sus animales esparcidos por su finca? ¿Qué le pasaría a un cazador si lo pillan disparando desde una embarcación? ¿Es lícito que nuestros gobernantes se salten las normas? ¿Qué habría pasado si hubiese sido el gobierno del Partido Popular el que hubiese matado las cabras a tiros?
Que cada uno saque sus propias conclusiones. Muchas gracias por haber invertido unos minutos en hacer esta reflexión.