Y ahora, qué? Así titulaba en grandes caracteres un rotativo deportivo de Barcelona sobre una imagen del Geri enfundado en la elástica roja. El gol que daba la primera victoria a España en la Eurocopa tapó las miles de bocas que en los últimos meses han clamado contra el central del Barcelona. Minutos después, este genio de la comunicación se mostraba radiante con su hijo Milan luciendo, también, una camiseta de España. Genio y figura.
Debo confesar que en los últimos tiempos el chico de Shakira me ha ganado. Tras el triste episodio vivido y difundido con un guardia urbano, el tres se ha consolidado como un futbolista moderno, excelso en el juego y con la cabeza muy bien amueblada, aunque seguro que muchos me dirán que es un provocador. Sí, también, pero desde la inteligencia. En los 140 caracteres o menos de sus tweets hay más ingenio y cargas de profundidad que las desarrolladas por los think thank que prepararon el debate a cuatro de los candidatos.
Los momentos top del debate fueron los protagonizados por el estruendo de una bandeja que le cayó a un camarero, los ruidos causados por los roces de los micros de los candidatos y la obsoleta sintonía. Después, un «aquí no se viene a hacer prácticas, se viene aprendido», espetado por Mariano Rajoy, los lamentos de Iglesias a Sánchez sobre quién «es el enemigo», las embestidas de Albert Rivera a diestro y siniestro, y poco más. Sánchez prácticamente no estuvo, pero después triunfó con un vídeo en el que era golpeado por una rama. Para ese viaje no hacía falta tantas alforjas.
Ojalá el 10 de julio podamos decir: ¡Geri, contigo empezó todo!.
Lo del 26-J lo veo más negro con estos mimbres.