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OPINIÓN | Nito Verdera

‘Beach clubs'

| Eivissa |

Hace pocos días nuestro ‘Periódico' publicó en primicia informativa que hay un proyecto para edificar un hotel de cinco estrellas y un ‘beach club' para 8.000 personas en la zona de Punta Xinxó (Cala de Bou), zona sur de la bahía de Sant Antoni. Y me asusté porque si abriera sus puertas aumentaría considerablemente la contaminación acústica en Portmany. Y es que con 8.000 personas más amantes de los decibelios se podrían acabar con la tranquilidad que los habitantes y la gran mayoría de visitantes nacionales y extranjeros merecen. Pero resulta que el Ayuntamiento de Sant Josep aprobó una moratoria de ‘beach clubs', con una fuerte oposición del PP, que está en la oposición. No sé si la iniciativa del equipo de gobierno fue tomada para impedir la instalación de más ‘beach clubs' y de hoteles musicales en el municipio, pero lo importante es que por ahora ya no será posible aumentar la música desbocada que sufrimos. Así que mis felicitaciones sinceras al Ayuntamiento de Sant Josep, que preside Josep Marí Ribas ‘Agustinet'.

La verdad es que espero mucho más de Sant Josep y me refiero a que ha de hacer cumplir en todo el municipio las ordenanzas relacionadas con la ley del ruido y de los aforos permitidos, y la solución pasa por instalar limitadores de volumen y un contador de personas. Así se hace en muchos lugares turísticos, de modo que unos cuantos empresarios no puedan abusar ni molestar a la población. Entiendo que nuestra isla necesita discotecas y pubs musicales para los numerosos visitantes que vienen de todo el mundo, incluyendo Key West, Florida, para gozar de la música electrónica. Pero repito que las ordenanzas municipales se han de cumplir.

Abundando en el tema, cabe recordar que el Ayuntamiento de Eivissa se opuso a la pretensión de instalar un ‘beach club' en Marina de Botafoc y que también el Ayuntamiento de Santa Eulària no dio licencia a un nuevo hotel musical en Cap Martinet. Hotel sí, pero sin músicas. Y sería muy bueno que se levantara un nuevo hotel de cinco estrellas en Punta Xinxó, pero sin decibelios desbocados.

Vertederos ilegales

Me refiero a las incontables toneladas de residuos sólidos que un montón de incívicos vecinos de Sant Antoni tienen por costumbre convertir sa Talaia en un vertedero. Ahora varios grupos de voluntarios han retirado 800 kilos y han colaborado en desmantelar un asentamiento ilegal. El problema del citado incivismo se repite de manera continuada y no ayuda en nada a que Sant Antoni recupere la capitalidad turística de la isla, que nunca debió perder, y precisamente ahora que el Ayuntamiento intenta controlar la contaminación acústica en la villa y en el resto del municipio.

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