Algo nuevo en la nueva Ibiza? Los británicos marcan la pauta y lo suelen cambiar todo en pequeños detalles, quizás por ello nos hablen de la nueva Ibiza, ahora con topónimos, sitios y hábitos traducidos al inglés, lo cual encantará a los catalanistas lunáticos que odian todo lo español. Desde mayo hasta octubre hay que estar atentos a las vallas publicitarias ilegales, porque en ellas se refleja la neolengua, el nuevo idioma en jerigonza británica, que hay que conocer si pretendes entender su forma de comunicación. Abreviaturas, juegos de letras, saltos de sílabas, el slang es una aportación que suele ser efímera, porque cada año hay que reciclarse. Como entran estos neologismos, desaparecen de un verano para otro.
O sea, los cambios son imperceptibles en constante evolución o involución en estos grupos sociales cerrados. Cerrados en si mismos y en los antros o discotecas.
Encerrados también en las casas ocupadas, por esta nueva interpretación que hábilmente hacen del Código Penal español: en Ibiza también han llegado los expertos en ocupar la propiedad ajena. Algunos son tan eficaces que revientan las puertas de las casas y acto seguido las alquilan como si los delincuentes fueran los auténticos propietarios. Todo un test sobre al calidad políticas de nuestra deleznable clase política española en general.
Otros aprovechan la marabunta para generar nuevas plazas de acomodo, como estos pisos patera o albergues en condiciones carcelarias, que no dudo se forrarán, ante el pasmo general. ¿Qué dice Hacienda de esto?
Si exceptuamos estos matices que pasan desapercibidos por la mayoría, la Ibiza preveraniega repite con fidelidad canina los mismos ritos como la retirada de algas o posidonia de los arenales o lo que quede ellos. Hasta noviembre.