Ahora tenemos en Baleares el asunto de, cineasta Jarabo, resulta que tenía un apartamento turístico subarrendado y un lío de poca monta con Hacienda, de momento ha pasado no a largarse de la casta sino a ser el número dos de la tribu que lidera. Espinar, se acuerdan de aquel podemita que optó por un piso que era para los pobres, sigue en la poltrona siendo látigo del facherío y conduciendo con sus coleguis el tramabús con las caras de los grandes ladrones españoles judicializados o no; luego tenemos a Errejón que cobraba por el morro una beca que le hicieron, cual traje a medida; y como guinda de corruptelas tenemos al argentino, al Echenique ese, que tenía al asistente sin dar de alta en la Seguridad Social. La verdad es que no estamos ante grandes estafas de lo público, pero como estos chavales andan todo el día prohibiendo y diciéndonos como tenemos que ser y a qué tenemos que dedicar el tiempo libre, pues esas menudencias que hacen sí alcanzan relevancia política y yo creo que mucha. Tú tienes tu apartamento para alquilarlo a esos turistas que masifican la Isla y estás en el Parlament legislando para que algunos de clase media baja que viven de uno o dos apartamentos turísticos, no los tengan. Y dices que la Isla está llena y sobran guiris y tú recibes guiris ilegales de la bolsa de plazas limitadas que quieres poner y los metes en un pueblo idílico junto al mar rodeados de ecología. Luego tenemos a otros que dan lecciones más intensas como la monja alférez cuatribarrada, la florista Ferrusola con su Jordi y vástagos, que a la vez que construían su Catalunya se estaban llenando sus bolsillos andorranos. Fin del cortometraje.
OPINIÓN | Jesús García Marín
Moralidades y moralinas
J. García Marín | Eivissa |