Llega un año más la nit de Sant Joan y con ella toda la carga de tópicos de misticismo y simbolismo que arrastra, es lo que tiene ser la noche más corta del año (por que el término "la más corta" no se valorará es más aspectos de la vida?), que todo el mundo se fija en ti. Las ceremonias paganas para conmemorar el solsticio de verano, que hábilmente fueron "reconducidas y santificadas" por la iglesia católica para usarlas en su propio beneficio (el marketing, fijo que lo inventaron ellos), han acabado derivando en unas juergas de padre y muy señor mío y en un cúmulo tal de rituales, que hacen que a su lado, la nochevieja parezca un niño de pecho. Cuando yo era pequeño todo era mucho más fácil, según se acercaba esta fecha, las niñas y niños de los diferentes barrios o calles, solíamos ir por los negocios y particulares de la zona, intentando recaudar la mayor cantidad posible de pesetas (como las echo de menos) para, con el fondo conseguido, comprar banderolas y guirnaldas (además de todas las que hacíamos caseras) para engalanar las calles, también adquiríamos algunos petardos y pequeños fuegos artificiales en aquel santuario de la pirotecnia que era la mítica librería Villar (cuantas generaciones de Pitiusos tuvieron su bautismo de pólvora gracias a ellos?), incluso, en los años en los que conseguíamos una buena recaudación, nos dábamos el gran lujo de comprar algunos refrescos y chuches para disfrutarlos la noche de la verbena. La decoración callejera, era una fiesta en sí misma, pues a esa actividad nos entregábamos todos, adultos y niños, trabajando en equipo y armonía, en días como esos, es cuando sentías (y aprendías) bien a las claras, que pertenecías a algo mucho más grande que tú (yo, por ejemplo, soy un orgulloso miembro de la tribu d´es carrer de Sa Xeringa). ¡Aquello sí que eran valores y no las gilipolleces politizadas que les endilgan hoy en día a la chavalada en las escuelas!
La noche del 23, las "verbenas menores" ( como era el caso de la que montábamos en mi calle) se celebraban a horas tempranas, para que el personal tuviese tiempo de darse una vuelta por las verbenas de rancio abolengo (hoy diríamos "ultra vip high level party que te cagas!!") como eran las que se celebraban en la plaza de Sa Tertulia, en la de Sa riba, en el barrio de Es Pratet por la zona de la plaza de toros, etc…en ellas, además del gran tamaño de sus fuegos, solía haber música en directo y había un ambientazo impresionante. Durante unos años, también fue muy celebrado "es foc" que se instalaba cerca de la graduada, bien delante de la escuela, o en lo que ahora es la rotonda con la fuente de agua invisible (única en el mundo y especialidad del municipio de Ibiza) de la avda. Isidoro Macabich…incluso durante dos años consecutivos y no sé por iniciativa de quien (creo que por el ayto. de la época, pero agradecería alguna ayudita aclaratoria) se plantaron dos espectaculares fallas de gran tamaño y vistosidad que fueron el pasmo y la sensación, tanto entre los lugareños, como entre los turistas (para el imaginario de mi generación, perdurará siempre la del gigantesco dragón verde).
Hoy en día, afortunadamente hay cosas que no han cambiado, los niños siguen "porculeando" con los petardos a todas horas, sigue habiendo verbenas populares (y la cosa va a más), incluso en algunas de ellas siguen trabajando codo con codo, pequeños y mayores en su creación (me gustaría aquí hacer mención a la asociación de vecinos de San Pablo, las "casas baratas" de toda la vida, que destacan en positivo en este aspecto), sigue habiendo verbenas de 1ª y 2ª división (pero todas hechas con el mismo cariño e ilusión), sigue habiendo música en directo, y se siguen haciendo los deliciosos y cuasi endémicos "macarrons de Sant Joan", pero hay cosas que sí han cambiado…y no creo yo que ha mejor. El tema de los rituales, con el que empezaba el relato, ya se está saliendo de madre y llegando a niveles preocupantes, la noche del 23 es casi imposible irte a cualquier playa de la isla, por remota sea, y no encontrártela con personal bañándose en pelotas para purificarse, lanzando en ofrenda al mar cantidades ingentes de frutas y verduras (espero que los peces sean veganos, o lo pasarán fatal los pobres…igual que los que comemos de todo y tenemos que soportar a los veganos), ingeniándose flotadores para poner velas (de las que dan luz) con deseos escritos o prendidos a ellas, y también entregarlas al "gran azul" (aunque a esas horas está más bien negro) y sobretodo, haciendo hogueras en agujeros excavados en la arena, para en ellas, lanzar papeles en los que se han escrito las cosas malas que nos han pasado durante el año y así quemar todo lo negativo y renacer, cual ave fénix, de nuestras cenizas…que es como están a punto de terminar muchos de los que hacen el ritual por antonomasia de esta noche, saltar las hogueras…el auténtico subidón de adrenalina, y no por la dificultad en sí (la mayoría de las hogueras las salta sin problemas un crio de 4 años con los pies atados), sino por la torpeza de la mayoría de los que lo intentan, que entre formas físicas penosas y estados etílicos lamentables, ofrecen al espectador un show entre hipnótico, cómico y penoso, que a nadie dejará indiferente (cuantas íngles y vellos púbicos han ardido en el altar de Pyros!!!). Lo que también ha ido a peor es algo que ya se ha convertido (por desgracia) en habitual…que al final cualquier fiesta por sana e inocente que sea, acaba convertida en una convención de borrachos (qué coño le pasa a la gente que muchos no saben beber para disfrutarlo y como parte de la diversión? Nos estamos "guirilizando") y además del alcohol, muchos van "aliñados" hasta las cejas, y como encima haya cerca algún D.J…pues ya tenemos el chunda-chunda en marcha y la fiesta, travestida en discoteca cutre, lo que suele terminar o bien en música hasta las tantas en sitios que no toca, o en bronca del personal con la policía que se presenta a finiquitar el tema, y eso es lo que hay.
Yo este año lo tengo muy claro, no voy a ir a ninguna verbena, voy a buscar una botella de cristal pintada de negro y me voy a ir a la medianoche bajo el puente viejo de Sta. Eulalia, pero no para capturar un Fameliar, sino para pedir a las fuerzas mágicas que allí se manifiesten…que capturen y dejen atrapados para siempre dentro de la botella, a tod@s l@s políticos, técnicos y constructores responsables de la vergonzosa chapuza de la travesía de Jesús…MOLTS ANYS I BONS!!!