La misión de San Pedro, primer pastor de la Iglesia Universal, nombrado así por el mismo Jesús, ha sido seguida desde entonces hasta ahora por 265 Papas, siendo desde el año 2013 el Papa Francisco. Con ocasión de la fiesta de San Pedro, que fue el pasado día 29, rezamos por el Papa, le manifestamos nuestro afecto y estima, acogemos su doctrina y le ayudamos en sus tareas.
La Biblia nos dice la frase maravillosa, que recoge el libro Jeremías, 3,15: «Os daré pastores según mi corazón». Y esta frase se cumple siempre y de una forma especial en la persona del Sumo Pontífice. Los Papas que hemos conocido en nuestros años de vida en la tierra han sido siempre el Papa adecuado a ese momento histórico; cuantas maravillas han hecho al mundo y a la humanidad el Siervo de Dios Pio XII, San Juan XXIII, el Beato Pablo VI, San Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora en estos años el Papa Francisco. Que este día del Papa, pues, nos haga darle gracias a Dios por habernos dado el Papa adecuado a cada momento, y junto a ello, manifestemos al Papa nuestra adhesión y, en este domingo nuestra ayuda incluso económica en la medida de nuestras posibilidades.
Con el cristianismo nace la práctica de ayudar materialmente a quienes tienen la misión de anunciar el Evangelio, para que puedan entregarse enteramente a su ministerio, atendiendo también a los menesterosos (cf. Hch 4,34; 11,29). Así cada año, desde hace muchos siglos, realizamos una colecta a favor del Papa en todo el mundo católico, en la “Jornada mundial de la caridad del Papa”, el 29 de junio o el domingo más próximo a la solemnidad de San Pedro y San Pablo.
Así, pues, en las Parroquias y capillas de Ibiza y Formentera, en las celebraciones de la Santa Misa de hoy hacemos una colecta a favor del Papa. Y tengo que decir en los años que sirvo aquí en estas Islas que los fieles católicos de aquí son generosos y es una buena cifra la que recogemos y le enviamos al Papa.
Esta colecta, que llamamos el Óbolo de San Pedro, es la expresión más típica de la participación de todos los fieles en las iniciativas del Obispo de Roma en beneficio de la Iglesia universal. Es un gesto que no sólo tiene valor práctico, sino también una gran fuerza simbólica, como signo de comunión con el Papa y de solicitud por las necesidades de los hermanos; y por eso vuestro servicio posee un valor muy eclesial.
Y ese donativo enviado al Papa se emplea en obras misioneras, iniciativas humanitarias y de promoción social, así como también en sostener las actividades de la Santa Sede. El Papa, como Pastor de toda la Iglesia, se preocupa también de las necesidades materiales de diócesis pobres, institutos religiosos y fieles en dificultad (pobres, niños, ancianos, marginados, víctimas de guerra y desastres naturales; ayudas particulares a Obispos o Diócesis necesitadas, para la educación católica, a prófugos y emigrantes, etc.).
En este domingo, pues, ayudemos al Papa a ayudar, siendo conscientes de que nuestra ayuda, se la hacemos bien y con amor y misericordia, es importante. Que un año más, el Papa Francisco vea como en Ibiza y Formentera le queremos, le estimamos, y colaboramos con él en la práctica del servicio a los demás.