Los residentes en la zonas de sa Blanca Dona, s'Olivera, Puig den Valls y los alumnos y profesores de los cinco centros escolares allí ubicados han denunciado los malos olores procedentes de la central térmica de Endesa, que utiliza gasoil o fueloil, y que pueden producir emisiones de dióxido de azufre. Así que el director general de Energia i Canvi Climàtic del Govern balear, Joan Goizard, ha confirmado que sí se producen los citados malos olores y que se hace un seguimiento de la calidad del aire en tres estaciones situadas en Dalt Vila, el hospital Can Misses y en el Torrent-Santa Eulària, y también en otra estación móvil instalada en el IES sa Blanca Dona. Y es cierto que se producen el tipo de malos olores a que se refieren las denuncias, así que muy bien la rápida actuación del director general Joan Goizard. La cuestión es que la central térmica de Endesa siempre ha utilizados los combustibles antes mencionados y no recuerdo que se hayan producido denuncias como las de ahora. Por otro lado, hay un cable eléctrico submarino que sale de la Península y también nos llega otro combustible: el gas. De manera que usando gasoil y fueloil se producen emisiones de dióxido de azufre, que son perjudiciales para la salud. Pues muy bien por los controles y por intentar saber que produce las emisiones denunciadas.
Pero aquí y ahora se producen desde hace años y de manera continuada (non stop) otros olores pestilentes, nauseabundos y vomitivos procedentes de la vieja depuradora de aguas residuales del municipio de Eivissa, ubicada cerca de la discoteca Pachá y la Avinguda Vuit d'Agost.
Es público y notorio que a dicha instalación le llegan demasiados caudales de la red de alcantarillado y también la intrusión de agua de mar, que la deja prácticamente inservible. Y para deshacerse de los caudales sobrantes, al parecer, los vierten en el torrente de Sa Llavanera y discurren a la vera del Ibiza Gran Hotel y llegan hasta Marina de Ibiza. Espantoso, ¿no?
El problema radica en que el Ayuntamiento de Eivissa, el Consell Insular, el Govern balear y el Ministerio de Fomento son incapaces de poner en marcha la nueva depuradora que el municipio de Eivissa necesita de manera urgente para acabar con la contaminación marina y los malos olores que vecinos y visitantes tienen que soportar. Pero hay mucho más: el GEN-Gob Eivissa denunció el año pasado que más de un 60 por ciento de las aguas residuales de nuestra isla se vierten al mar con deficiente depuración. Entonces, no entiendo las razones por las que no interviene ya la Conselleria de Agricultura, Medi Ambient i Territori, al igual que lo hace para
controlar las emisiones de la central de Endesa. ¿A qué están esperando las instituciones para solucionar el grave problema que tiene el municipio de Eivissa y la isla entera.