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OPINIÓN | Julia Navarro

Una buena decisión

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A los políticos cuando de verdad se les conoce es en circunstancias difíciles y creo yo que Miquel Iceta está sorprendiendo a propios y extraños demostrando que tiene capacidad sobrada para liderar un momento político como este tan trascendental en la Historia de Cataluña y de España. El discurso de Iceta es el de un político que conoce bien Cataluña y por tanto ofrece un modelo de convivencia basado en el acuerdo y no en la ruptura. El líder socialista defiende el catalanismo y una mayor cuota de autogobierno para Cataluña previa reforma de la Constitución y todo esto haciendo equilibrios casi imposibles habida cuenta de que en el PSC hay dos almas, una que roza el independentismo y otra que es lisa y llanamente catalanista pero sin más veleidades. Iceta apuesta por un proyecto político integrador de ahí que haya llegado a un acuerdo con Ramón Espadaler, sucesor de Durán Lleida al frente de la desaparecida Unió reconvertida en una nueva formación que se llama Units per Avancar. De esta manera el PSC abre las puertas a tantos y tantos ciudadanos que son catalanistas y que vista la deriva enloquecida de Partido Demócrata Catalán y del tanden formado por Mas y Puigdemont, de repente se han encontrado con que no saben a quién votar. Y con inteligencia y sentido común Miquel Iceta les ha invitado a coaligarse con el PSC presentándose juntos en las elecciones del 21 de diciembre. Naturalmente este acuerdo ha provocado sorpresa en las filas de ambas formaciones y, todo hay que decirlo, incluso resistencias. Pero como Miquel Iceta ha explicado se trata de recuperar el consenso en Cataluña y que su manera de entender el catalanismo pasa por no aceptar su secuestro por los independentistas. El acuerdo deja margen a ambas partes para mantener su identidad ya que podrán votar como crean conveniente en el Parlamento sin que tenga porque haber siempre coincidencias. El propio Espadaler no tiene reparos en mostrar su discrepancia con la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Pero tanto Iceta como Espadaler son conscientes de que hay que devolver la serenidad a Cataluña ofreciendo alternativas posibles. Dice Iceta que sin duda su apuesta es arriesgada y solo el resultado de las urnas dirá si los catalanes avalan esta operación política. Pero sea cual sea el resultado, Miquel Iceta ha acertado porque el camino elegido es el único posible para volver a restañar heridas en Cataluña y para al menos intentar demostrar que hay alternativa al independentismo que tanto mal está causando en Cataluña y en el resto de España. Así que bienvenido sea ese acuerdo generoso e inteligente.

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