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OPINIÓN | Fermín Bocos

Habrá presupuestos

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El Gobierno cuenta ya con el apoyo de Ciudadanos para sacar adelante el Proyecto de Presupuestos para 2018. Sólo le falta el acuerdo parlamentario con PNV. La política se hace, pues, palabras mayores en relación con éste asunto. Es sabido que para los diputados nacionalistas vascos la razón de fondo para negar su apoyo a las cuentas que presenta el ministro Cristóbal Montoro no responde a objeciones contables o de desequilibrio en el reparto. Se oponen para mostrar su disconformidad con la situación política por la que atraviesa Cataluña. Pese a que en su día el «lehendakari» Íñigo Urkullu intentó, sin éxito, persuadir a Carles Puigdemont para que convocara elecciones abandonando la vía unilateral hacia la independencia, tras la aplicación del Artículo 155 de Constitución y la suspensión de la autonomía, los dirigentes nacionalistas vascos han sido muy críticos con el Gobierno Rajoy.

Aitor Esteban, el portavoz del PNV en el Congreso, ha dicho en más de una ocasión que si el Ejecutivo quiere contar con el voto de sus cinco diputados lo que tiene que hacer es retirar el Artículo 155. Es lo que ha llamado la «línea roja». Hay un poco de sobreactuación en dicha exigencia porque sabe que el Gobierno no va a satisfacer dicha condición hasta que en Cataluña no se forme un nuevo «govern». Cuando eso acontezca, con arreglo a lo dispuesto por el Senado cuando en su día autorizó al Ejecutivo para su aplicación, el mencionado artículo dejará de estar en vigor.

Los dirigentes del PNV lo saben, pero, ya digo, exageran un poco su actuación porque en lo esencial ellos, que hablan en nombre del gobierno de Vitoria, saben que lo suyo -el cupo- está garantizado. Garantizado y muy mejorado a resultas de la negociación de junio del 2017 (4.245 millones) y de otra mejora conseguida en febrero de este año. Mejora estimada según algunas fuentes en otros 1.400 millones de euros justificados como compensación por supuestos errores en los cálculos de los cupos correspondientes a los dos últimos quinquenios. Todo esto quiere decir que aquí lo que defiende el PNV es el fuero (salvar la cara) porque el huevo ya lo tiene amarrado y bien amarrado.

Así las cosas y a la espera de que se clarifiquen las cosas en Cataluña - veremos si en el pleno de mañana en el Parlament se desbloquea la situación o van directamente a repetir elecciones- tengo para mí que el PNV acabará apoyando el Proyecto de Presupuestos. Con mucho teatro por el camino, eso sí. Pero ya se sabe lo mucho que la política le debe al teatro.

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