Hay que reconocerle valentía a Miquel Vericad con el tema de las cabras. Casi toda Ibiza, y gran parte de Mallorca, saben que el exterminio de cabras de es Vedrá impulsado por el Govern fue una chapuza mayúscula al no comprobar que se había hecho el trabajo completamente, que no quedaban cabras vivas, además de utilizar balas de un calibre inapropiado para el exterminio. Pero Vericad, erre que erre, sigue defendiendo la matanza e incluso acusa a sus compañeros de Podemos de mentir. No sé si el conseller Vicenç Vidal ha premiado a Vericad con un buen empleo en Mallorca, pero sin duda se lo merece por la defensa de un sistema que se ha demostrado totalmente inapropiado. Insisto para ver si lo entienden de una vez por todas: no defiendo que haya cabras en es Vedrá, y comprendo perfectamente la intención de proteger plantas endémicas, pero sí rechazo que se utilicen otros sistemas menos traumáticos para que no sigan en el islote. Así de simple, y creo tener los mismos estudios de biología que Vericad para hacer esta afirmación. O sea, los de BUP y COU, si el currículum del exconseller es correcto.
Que en Mallorca no se haya cuestionado la matanza de cabras en la Serra de Tramontana realizada durante mucho tiempo no significa que no se pueda criticar lo que ocurrió en es Vedrá hace aproximadamente tres años. Que en la Plaza de Toros de Palma se hayan celebrado cientos de corridas no impide que hoy se esté en contra de la mal llamada fiesta nacional y que se hagan manifestaciones e incluso se prohíban desde las instituciones. Los tiempos cambian, las sensibilidades son diferentes, pero lamentablemente Vericad sigue actuando como un francotirador, políticamente hablando claro. Ahora veremos si el Govern se atreve a repetir la matanza a escasas semanas de la campaña electoral. Lo dudo mucho.