No estoy de acuerdo en criminalizar el feminismo, ni en dejar de impulsar la memoria histórica. Me parece un error utilizar la inmigración como bandera política, pero conviene escuchar con un poco de serenidad los mensajes de Vox, los que hacen sus líderes de forma directa, sin intermediarios. Porque el hecho de que unas 400 personas asistiesen al mitin de Vox celebrado en Jesús es un signo de que hay gente que está de acuerdo con estas propuestas y, lo más importante, que ya no tienen miedo en decir que votarán a este partido, algo que incluso podría parecer políticamente incorrecto.
No nos pongamos en el papel de estupendos demócratas al acusar a Vox de representar a la ultraderecha cuando desconocemos la mayoría de sus propuestas concretas, más allá de lo que sale en twitter y lo que publican determinados medios que apoyan descaradamente a otros partidos populistas.
Por simple salud democrática, leamos entre líneas lo que piensa Vox sobre la ley de violencia de género, los cambios que propone para mejorarla, y hasta puede resultar recomendable consultar con algún abogado sobre la eficacia de la actual ley. Y en relación a la inmigración, el exprimer ministro francés Manuel Valls ha dicho que no se puede permitir una situación de descontrol, algo que parece de sentido común pero que ciertos partidos se niegan a aceptar sin pensar en las consecuencias de no regular la inmigración ilegal. Sería recomendable analizar las propuestas de Vox porque, no tengan ninguna duda, va a sorprender en las próximas elecciones. Que 400 personas vayan a su mitin en Ibiza es significativo. Si en Andalucía han sido decisivos, en Ibiza y en Balears también pueden protagonizar el cambio político. Todo pinta que es lo que ocurrirá. Pueden gobernar en unos meses y aún sabemos muy poco de ellos.