Las elecciones dejan vencedores y vencidos e incluso los hay que han vivido las dos sensaciones con apenas unos días de diferencia. Marí Bosó se fue dormir el domingo 26 creyendo que sería el nuevo alcalde de Vila y se despertó tres días después sabiendo cruelmente que se iba a la oposición. Y Rafa Ruiz todo lo contrario. Sin duda, los grandes perdedores están en el PP de Mallorca y Menorca, porque en Ibiza Vicent Marí va a recuperar el Consell en el peor momento de su partido a nivel balear y estatal. En Mallorca se necesita una profunda reflexión y un cambio de personas para impulsar esos cambios, pero los ibicencos han demostrado que se pueden ganar elecciones a la contra.
Ahora bien, estaría bien aclararse porque los mismos que critican a Mateo Isern por haber dimitido son los que critican a Biel Company que aún no lo haya hecho. No convendría dudar sobre las intenciones de Company de abandonar el PP y la política, pero igual prefiere hacerlo en el momento oportuno. Entre los grandes vencidos están los dirigentes de Més, desnortados toda la legislatura e incluso en plena campaña, cuando el candidato Miquel Enseñat dijo en un debate que el ministro de Economía era, gobernase quien gobernase, Emilio Botín, fallecido en 2014. A veces los tópicos convendría actualizarlos un poco. Y ni la campaña de las performances ha evitado el descalabro de los nacionalistas, sobre todo de Toni Noguera, que no ha sabido rentabilizar sus dos años de alcalde y ha sido superado por Vox en Palma. Un fracaso sin paliativos. Cada vez que gobierna Més pierde votos, algo que debería aprender Podemos, una marca a la baja y previsiblemente ni su juez estrella podrá frenar la caída en estos cuatro años. Ante esto, Francina Armengol lo tiene todo para vivir una legislatura plácida, pero ya sabemos lo capaces que son los políticos de complicarse ellos solos la existencia.