Te has preguntado alguna vez cómo los policías pueden rastrear en secreto nuestro teléfono? The Intercept publicó un interesante artículo en el que se detalla una guía sobre la tecnología de vigilancia StingRay. StingRay es una herramienta de vigilancia que algunas autoridades estadounidenses utilizan para obtener información de los dispositivos móviles de la población. Esta herramienta localiza con exactitud dónde se encuentra un determinado terminal. En 2008, ArsTechnica informó de un caso donde se utilizó esta técnica tras el robo de un móvil a una mujer. La Policía instaló una antena falsa en uno de sus coches y comenzó a buscar el código de identificación único o IMSI -por sus siglas en inglés- correspondiente al teléfono. Los agentes dieron con el edificio y la habitación donde estaba alojado el sospechoso. Lo cierto es que la precisión de esta herramienta es de gran ayuda para localizar a sospechosos en cualquier parte y ayudar a una investigación.
Aunque toda herramienta tecnológica tiene sus pros y sus contras. En este caso, uno de los problemas de esta tecnología es la privacidad. Si bien está diseñada para localizar dispositivos, también puede interceptar datos, tales como llamadas, mensajes, fotos, entre otros. ¿Por qué ocurre esto? Esta técnica realiza “barridos” masivos y recopila datos de usuarios que no tienen que estar involucrados en una investigación. StingRay no solo recoge datos sobre teléfonos específicos. Los agentes pueden rastrear un terminal específico de un individuo, pero cualquier móvil que se encuentre dentro del radar también puede ser localizado. Por tanto, estamos ante una técnica de gran ayuda para los cuerpos policiales, pero a la vez resulta invasiva debido a que puede afectar a la privacidad de la población. El secretismo es otro de sus puntos negativos, porque se desconoce si StingRay se ha extendido por otros países.