Entre tanta desgracia e incertidumbre por la pandemia, el deporte puede ser una vía de escape para ver el horizonte con algo de optimismo. Esta noche entran en vigor nuevas restricciones que afectarán a todo el municipio de Ibiza y toca ser obedientes. Es tiempo de resilencia y de ello sabe bastante el deporte pitiuso, que sigue sumando éxitos y páginas de gloria.
El fin de semana nos dejó dos grandes capítulos. El HC Eivissa debutó el sábado en la División de Honor Plata del balonmano nacional. Los de Eugenio Tilves hicieron gala de su habitual garra para hacer vibrar a la ‘marea naranja' que se distribuía respetando las distancias de seguridad, unas 300 gargantas que jalearon las oleadas de los ahora hombres de azul. La ‘nueva normalidad' también nos trajo la ‘fusión' y nueva nomenclatura ‘UD Ibiza-HC Eivissa' para un mismo espíritu combativo.
En los últimos años, en DxTEF hemos disfrutado con la presencia del cerebro Tilves y buena parte de su equipo. El técnico, trabajador infatigable, siempre me insistía en la importancia del trabajo semanal y el ir paso a paso, partido a partido, en lenguaje cholista. Temporadas de crecimiento y un premio, quizás inesperado, pero merecido en la cancha: el ascenso a la plata. El UD Ibiza-HC Eivissa ya sabe cómo se las gastan en la categoría, pero también sabe que pueden dar batalla ante los grandes del grupo. Tilves y la cúpula del club han forjado un equipo competitivo y una fábrica de talentos con sello pitiuso.
Y tras el estreno plateado del sábado, domingo de gloria para Andrea Romero. Era una de las citas marcadas en rojo en el calendario y la atleta formenterense superó todas las expectativas aunque ella, inconformista, ansía más. La joven de 20 años se colgó la medalla de plata en la prueba reina del mediofondo. 1.500 metros con un final explosivo. Andrea se quedó a un paso de proclamarse campeona de España sub-23 pero la plata y el ‘rush' final nos hacen soñar con cotas más altas. En el horizonte, un sueño olímpico