El 2020 pasara a la historia como uno de los años en los que nos hemos tenido que enfrentar a las mayores incertidumbres y crisis de una generación. Desde el Gobierno se establecieron medidas para que según sus palabras nadie se quedara atrás. Sin desmerecer la necesidad de las ayudas sociales establecidas para los grupos más vulnerables parece que se han olvidado de unos de los que más han sufrido esta crisis del Coronavirus: los autónomos y empresas.
Hay una idea generalizada de que el empresario nada en la abundancia y puede hacer frente a todo por su solvencia, de donde sale esta concepción tan alejada de la realidad es una incógnita. Las empresas nacen de los sueños de emprendedores que avalaron con su patrimonio personal iniciativas que dan empleo y contribuyen con el pago de los impuestos a la solidaridad social. Cada día hay que levantar la persiana sin poder permitirse en muchas ocasiones ni vacaciones ni bajas necesarias por una simple razón, no hay otra manera que luchar para seguir adelante. Esa fuerza, ese empuje y ese compromiso no está siendo respaldado por el Gobierno, oímos muchísimas iniciativas para apoyar a las empresas pero no vemos que estas se hagan realidad y que ayuden a pagar las facturas a final de mes que no saben de Covid ni de merma de ingresos. Más de medio millón de autónomos han pedido el cese de actividad en lo que va de año, cese de actividad que lleva emparejado en la mayoría de ocasiones un enorme gasto extra a sumar a aquellos que no se han podido hacer frente y al dolor de tener que dejar ir a personal que muchas veces se ha convertido ya en familia.
El liderazgo que ejerce la Pequeña y Mediana empresa en España es incuestionable, es el gran tejido empresarial que sostiene la actividad económica del país y aun así las reivindicaciones que se han hecho como reducciones de cuotas, la bajada del IVA, el aplazamiento de las retenciones por citar unas cuantas no están siendo atendidas. El momento de ayudar como se hace en otros países es ahora, el momento de salvar a las empresas es ahora. No es un gasto es una inversión en mantener vivo el pulmón económico de España. Ayudas sociales?, claro son necesarias sí ,pero lo que de verdad repercutiría seria ayudar a mantener los puestos de trabajo para aquel personal que pasara a engrosar las listas del paro porque las empresas y autónomos no tienen más salida. No es difícil de entender que sería más recomendable aportar ayudas a mantener la posibilidad de ir a trabajar que después tener que aportar ayudas sociales que continuaran en el tiempo.
Para todos es obvio que ir a pedir ayudas sociales no es plato de buen gusto para nadie, no tener un puesto de trabajo crea distorsiones sociales y personales que son palpables en una sociedad alicaída y sin ilusión. Es ahora cuando hay que volver a ilusionar, a dotar a las empresas y autónomos del empuje, y acompañar en el camino, a liderar la recuperación. Es ahora cuando los referentes han de dar un paso al frente y dar la posibilidad de volver a levantar el país pero para eso se necesitan ayudas.
Nadie podía prever la hecatombe, está claro pero ha habido muchos meses para que el Gobierno central establezca una red de seguridad para todos pero para todos incluye a las empresas y autónomos también. Dicen que no se quede nadie atrás, nadie es nadie, o al menos debería serlo.