Más de 20 años en la profesión y por suerte nunca me había tocado escribir sobre el fallecimiento de un compañero. La suerte se acabó este lunes 20 de septiembre. Conocí a Jesús Turel en una comida incómoda hace ahora unos 16 años. Iba a ser el responsable de la productora en la que IB3 externalizó la producción de los servicios informativos. Yo por aquel entonces era la delegada de Ibiza y Formentera de la recién creada televisión autonómica. No voy a mentir. Nuestra relación en ese momento fue horrible. Yo demasiado joven e inexperta, él demasiado prepotente y experto. Los dos con energía de sobra para iniciar una guerra. Fue como un choque de trenes que en aquel momento me impidió ver quién era realmente Jesús Turel, qué atesoraba en aquella cabezota despeinada.
La vida tiene estas cosas. A veces una persona que te parece un auténtico idiota vuelve a cruzarse en tu camino años después y ya no la ves con los mismos ojos. Me acuerdo perfectamente de la primera vez que llegó a la redacción de Periódico de Ibiza y Formentera para encargarse del suplemento Week&End hace ya unos cinco años. Encontré a un Jesús completamente diferente (o la diferente seguramente sería yo). Un gran profesional que se ha dedicado a casi todo en este mundillo del periodismo, siempre amable, siempre dispuesto, siempre compañero.
Tuve la suerte de poder descubrir esa ironía fina con la que bromeaba y reía. Jesús siempre reía. Parece que le oigo en la redacción hablando con ese vozarrón que tenía, con esas gafas de culo de botella a medio subir mientras tomaba notas a mano con el boli cuando le comentabas algún tema, porque no era muy amigo de las nuevas tecnologías y prefería la escritura analógica.
Su muerte nos ha dejado devastados a todos los compañeros que trabajamos con él. Ayer fue el día más difícil para las redacciones de Periódico de Ibiza y Formentera y de Televisió d'Eivissa i Formentera porque sentarse ante una hoja en blanco en la que hay que pintar una noticia con la muerte de un compañero es sencillamente triste. Muy triste.
Descanse en paz y un fuerte abrazo a toda su familia y a todo aquel que le quería.