Si no sabes torear, pa qué te metes, decía el pasodoble que hoy puede perfectamente dedicarse al alcalde de Sant Josep, el socialista Ángel Luis Guerrero. También conocido como ‘Gelu', el primer edil josepí va de berenjenal en berenjenal. Un día nos deleita con su rechazo a salvar a los afectados de los Don Pepe, otro apoyando a la concejala que quiere que tiremos las mascotas muertas a los contenedores y, al siguiente, diciendo que la solución a las fiestas ilegales es acabar con las viviendas turísticas. ¡Con un par!
La excusa para no apoyar al Consell en su objetivo de poner freno a las verbenas clandestinas (o a las bacanales, que de todo debe haber) es que el domicilio está protegido por la Constitución y, por lo tanto, si las viviendas turísticas en las que supuestamente se celebran siguen llamándose así, nunca podrán hacer nada contra ellas.
Lo cierto es que Gelu pertenece a un partido al que la Constitución le importa más bien poco. Por ejemplo, el artículo 3 de la Carta Magna deja claro que los españoles tenemos derecho a aprender castellano, además del deber de utilizarlo. Sin embargo, ahí están los socialistas en el Govern manteniendo el decreto de mínimos que, en realidad, sirve para aplicar la inmersión lingüística en catalán. Ni siquiera en ibicenco. (Nota para mis haters: eso, queridos, sí que es falta de dignidad y no que yo denuncie el abuso).
Resulta extraño ver al PSOE defender con tanto ahínco una Constitución a la que ataca directamente o rechaza gobernando junto a aquellos que quieren reventar el Estado. Las fiestas ilegales son un grave problema y no hace falta ser un lumbreras para entender que allí donde se cobra entrada no hay domicilio que valga. En otras circunstancias podría esperarse que el PSOE, al modo de Ciudadanos, se sacara de la manga una propuesta similar a la del Consell para apuntarse el tanto. Pero me temo que ni para eso tienen ganas de trabajar.