El conflicto del Donbass resucitó en 2014 una ola de solidaridad comunista a imitación de las Brigadas Internacionales de la Guerra Civil española. Al menos ocho españoles se unieron entonces a los separatistas prorrusos enarbolando banderas republicanas y comunistas bajo el lema ‘No Pasarán'. Declaraban que querían devolver el favor de 1936 porque el Gobierno ucraniano era fascista (entonces había ministros ultraderechistas).
Al inicio de nuestra Guerra Civil, la Internacional Comunista, con sede en Moscú, organizó un ejército a través de los partidos comunistas de cada país. Unos 32.000 voluntarios extranjeros lucharon en el bando republicano con más arrojo que medios. Sus bajas fueron enormes. Hubo batallones que perdieron la mitad de sus efectivos. Su sacrificio conmovió al mundo y convirtieron el eslogan ‘No pasarán' en el más internacional de la propaganda antifascista.
Con la guerra de Donbass, reapareció el lema sobre una bandera republicana en un camión militar. Era la Brigada Carlos Palomino, en homenaje al antifascista de 16 años asesinado en el metro de Madrid en 2007. También se creó la Brigada Rubén Ruiz Ibárruri, el hijo de La Pasionaria que murió en la Batalla de Stalingrado. Uno de los voluntarios españoles aparece en un vídeo de la propaganda prorrusa: «Si hay algo que se parezca a las Brigadas Internacionales que lucharon en España, es el batallón Vostok».
Ocho de estos voluntarios fueron detenidos cuando volvieron a España en 2015. Les acusaban de asesinato y tenencia de armas. El tema era serio y el PCE emitió un comunicado de condena. Las Juventudes Comunistas también habían apoyado desde el principio «a las Brigadas Internacionales de Ucrania». Al cabo de unos meses, el caso quedó archivado por falta de pruebas.
Ahora, el Gobierno de España, con una vicepresidenta y un ministro del PCE, envía a sus militares a defender al bando contrario, al Gobierno de Kiev apoyado por EEUU que se enfrenta a los separatistas, Rusia y las Brigadas Internacionales.
Tanto Yolanda Díaz como Alberto Garzón condenaron ayer en Twitter la «intolerable agresión imperialista por parte de Rusia» y muchos de sus seguidores les acusaron de vendidos a la OTAN. Izquierda Unida, coalición que dirige el PCE, emitió un comunicado criticando a ambos bandos y pidiendo una movilización por la paz. Llegan muy tarde. Como ya ocurrió con la invasión rusa de Afganistán, esta guerra ha evidenciado las contradicciones de parte de la izquierda en la defensa de la paz y la libertad.