Nuestra población es cada vez más urbana, según el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente, el 75% de la población europea vive en núcleos urbanos. Esto provoca una separación de la naturaleza y un acercamiento al asfalto, algo que varios estudios ya han revelado que afecta negativamente a la salud física y mental y, al mismo tiempo, da lugar a una menor preocupación y respeto hacia el medio ambiente.
Hoy en día se ha vuelto una necesidad que los niños tengan contacto con los animales y la naturaleza por todos los beneficios que estos aportan. Desde las escuelas y con la ayuda de las familias hay que contribuir a reducir este déficit en los niños convirtiendo los patios en huertos, jardines o bosquecillos. Si esto no es posible, es interesante abrir los colegios a su entorno ambiental utilizando los bosques o playas que haya alrededor.
Durante la crisis del coronavirus, los países del norte de Europa como Dinamarca fueron los primeros que pudieron volver a las aulas porque para ellos no resultaba nada extraño realizar clases en el exterior, mientras tanto en España los niños seguían confinados.
En Ibiza cada vez más colegios ubicados en entornos rurales optan por acercarse al medio natural que les rodea y proponen realizar actividades al aire libre, favoreciendo su desarrollo físico, psicológico y académico. Tenemos que aprovechar lo que nos ofrece la isla y salir con nuestros hijos a descubrirla.