La milla de oro de Ibiza no brilla tanto como parece. Los precios de alquiler y venta en la zona son estratosféricos. Sin embargo, lo que depende de la Administración deja muchísimo que desear. No es que la clase alta merezca más atención del Ayuntamiento que quienes menos tienen. El problema es que la desidia del Consistorio se nota más allí.
Los vertidos de aguas fecales, por ejemplo, son protagonistas por derecho propio en esta zona. El torrente de sa Llavanera tiene ya a diario una capa de fango formado por mierda imposible de obviar. Ses Feixes de Talamanca están también invadidas por los mismos desechos. Puede haber muchas explicaciones para justificar esta situación pero, por encima de todas ellas, está siempre la flojera del Consistorio a la hora de intervenir. Guardar 40 millones de euros en el banco no tiene mucho sentido cuando la ciudad está hecha unos zorros.
La rebelión de los vecinos de Talamanca, de Illa Plana, de Ses Figueres y del Paseo Marítimo es comprensible. El pelotazo de Talamanca Mar SL indigna a cualquiera como cualquier otro pelotazo. Pero lo que duele es ver cómo la misma Administración que ha actuado con una rapidez inusitada para tramitar la modificación del deslinde para un único propietario, a la vez, lleva años para, por ejemplo, sacar adelante los fondeos ecológicos en la bahía o instalar unos simples badenes y aceras en Illa Plana.
En contra de lo que algunos creen, yo no le tengo especial manía a Rafa Ruiz. Seguro que es un tipo majísimo en las distancias cortas. Pero mis impuestos no se utilizan para pagarle por ser simpático sino por gestionar lo de todos. Y en esto, lo lamento, tanto él como su equipo dejan mucho que desear. Así que, endavant, Talamanca, estam amb vosaltres!