Organizaciones internacionales independientes, como Amnistía Internacional y Reporteros Sin Fronteras, vienen denunciando desde hace unos años la grave situación por la que atraviesa la Libertad de Prensa en todo el mundo. También en España. Es cierto que, afortunadamente, aquí no se asesina a periodistas, ni se atenta contra las sedes de los medios de comunicación, ni se ordena su cierre, o se detiene a sus directores y redactores molestos con el poder. Pero últimamente vemos como sin el menor rubor, desde ciertos partidos políticos que gobiernan, se señala a ciertos medios y se les ataca por realizar su cometido, por no ajustar su línea editorial a sus intereses y por criticarles, en ocasiones.
Está sucediendo con los medios del Grupo Prensa Pitiusa, al que pertenece Periódico de Ibiza y Formentera, la Televisió d'Eivissa i Formentera TEF, e Ibiza Global Radio y TV. Quienes les señalan y acosan en las redes sociales, además de obstaculizar e impedir su trabajo informativo, son la Federació Socialista d'Eivissa (FSE-PSOE) y algún político de Podemos que gobierna con aquellos, como Aitor Morrás, teniente de alcalde de Vila.
Los socialistas ibicencos hace ya meses que han adoptado la estrategia de atacar a los citados medios y de acusarles de mentir y de manipular la información parar beneficiar al PP. No pierden oportunidad de hacerlo, pero no en todos lados. Fundamentalmente desde la FSE, desde el Grup Socialista en el Consell d'Eivissa –al frente del cual está el expresidente de la institución insular, Vicent Torres–, desde el Ajuntament d'Eivissa, con su alcalde, Rafa Ruiz, a la cabeza.
Su comportamiento es inaudito, porque ningún partido democrático y menos aún si gobierna en importantes instituciones democráticas, hace lo que están haciendo ellos desde el Ajuntament de Vila y desde el Consell, incluso con vetos y negando información a la que la prensa tienen derecho.
No lo hacen los socialistas de Mallorca, ni el Govern de Francina Armengol, con los medios que critican su gestión, que los hay. No lo hace el PSOE de Formentera, ni el PSOE de Sant Josep. Su deplorable estrategia es intimidatoria, casi mafiosa, y profundamente antidemocrática. Su acoso en las redes sociales es intolerable y alcanza tintes dictatoriales y liberticidas.
Ibiza Global Festival
El último ataque perpetrado desde la FSE-PSOE, tuvo lugar el lunes día 1º de agosto. Difundieron un comunicado de prensa calificando de «vergonzoso» que el Ajuntament de Sant Antoni y el Consell d'Eivissa –gobernados por PP y Cs–, «hayan promocionado un festival de música electrónica en la playa y en plena temporada alta, para beneficiar al grupo Prensa Pitiusa».
Una vez más, el objetivo es atacar al Grupo Prensa Pitiusa. La crítica a las instituciones que han colaborado en el exitoso desarrollo del Ibiza Global Festival es absolutamente legítima. Lo que ya no lo es tanto es lanzar la acusación de beneficiar a Ibiza Global Radio, emisora que lleva el nombre de Ibiza por todo el mundo. Un poco de respeto.
El evento congregó a miles de personas que pudieron disfrutar gratuitamente de música electrónica con artistas de primer nivel y que quizás, de otro modo, no podrían ver actuar nunca, porque no todo el mundo puede costearse una entrada en alguna de las discotecas de la isla en las que pinchan su música.
No hubo incidentes y, además, al terminar la sesión, muchos asistentes, voluntaria y solidariamente, limpiaron la arena de la playa donde habían estado bailando más de 10.000 almas. Sólo en Ibiza sucede algo así.
¿Cuál es el problema? Que el evento estaba organizado por Ibiza Global Radio, emisora del Grupo Prensa Pitiusa, un grupo empresarial independiente, enteramente ibicenco. Incluso la TEF, la televisión privada que usa el ibicenco como lengua habitual y que realiza su función en las Pitiusas, es objeto de difamación por parte del PSOE ibicenco. Absolutamente lamentable.
Pero la hipocresía y el cinismo de la FSE-PSOE debe ser puesta en evidencia, porque no consta que se mostrasen indignados ni que considerasen vergonzoso el costoso patrocinio por parte del Govern de les Illes Balears (y también del Ajuntament d'Eivissa, ambas instituciones presididas por socialistas) de un famoso evento de una conocida emisora musical del Grupo Prisa (El País, Cadena Ser…). Con el agravante de que allí, el público que quiso asistir, tuvo que pasar primero por taquilla (no como en Sant Antoni, que fue gratuito) y, además, la partida presupuestaria con que el Govern patrocinó el evento, salió del Impuesto de Turismo Sostenible, más conocido como Ecotasa, algo que indignó a mucha gente y que mereció las críticas de partidos y de entidades ecologistas. No del PSOE de Ibiza, ni de Vicent Torres, ni de Rafa Ruiz, por supuesto, a quienes únicamente solivianta lo que organiza Prensa Pitiusa.
Porque no se trata de criticar un concierto de música electrónica en la playa de Sant Antoni. A fin de cuentas, también el consistorio de Rafa Ruiz patrocina y colabora en la celebración de conciertos multitudinarios en la Marina y en el Baluard de Santa Llúcia, sin que eso cause la menor indignación entre las filas socialistas. Según parece, esos conciertos se hacen en completo silencio.
De lo que se trata es de señalar al Grupo Prensa Pitiusa, a este periódico y a la TEF. Porque les resulta molesto, porque no pueden dictar su línea editorial ni controlar lo que publican o dejan de publicar.
Su intento de amordazar a estos medios es descarada e indisimulada. Pero no les llevará a ninguna parte. Nadie actúa así ni en el resto del país ni tampoco en Balears, donde a los socialistas mallorquines no se les ocurriría ni por asomo hacer tuits con pantallazos de noticias de medios críticos, a los que burdamente se les superpone la palabra FALS, o FAKE, en letras rojas, bien grandes. Cuando esa misma información fue publicada por la práctica totalidad de medios de Ibiza, sin que a Pilar Costa se le ocurriera descalificarlos.
Dejen de comportarse de forma tan grosera y antidemocrática. Así no van a ningún lado y, desde luego, no aminoran la credibilidad de los medios a quienes denuestan, sino todo lo contrario. Y, además, evidencian que, si pudiesen, harían como Trump, Erdogan, Orban, Maduro, Ortega o el mismísimo Putin: atacar a la prensa libre sólo porque no la controlan.