La jaula de lanzamientos de Can Misses 3 está rota y su falta de mantenimiento es más que obvia por mucho que Elena López publique un tuit para tirar balones fuera e incluso acusar de «falsa» la noticia con un rótulo sobre ella.
Encima, justifica que la base sufrió daños por un «fenómeno meteorológico». A ver, López, la base ya estaba deterioradísima y ese viento fue la gota que hizo que ya el vaso se derramara. Afirmar que la instalación no ha sido víctima de la falta de mantenimiento es falso. Basta con echar un vistazo, entre otras cosas, al estado de algunas bases (oxidadas, podridas y pasadas por agua). Por cierto, las que estaban bien selladas mantuvieron los postes estables. Qué casualidad.
Lo que también es falso es que, como dijo en su día la concejala, los equipos gocen de unas «instalaciones dignas» donde entrenar cuando resulta que había enviado temporalmente a un equipo de rugby a la pista de fútbol sala de San Pablo, por no hablar de las condiciones en las que se vienen ejercitando el San Pablo y el CD Ibiza de fútbol sala femenino, víctimas de la resina de es Pratet. Lo que es falso es que asegurara que le había pedido perdón el presidente de la Real Federación Española de Atletismo, que la retrató al día siguiente. Lo que es falso es que fuera un requisito obligatorio ceder en exclusividad el estadio de Can Misses porque no se puede compatibilizar el fútbol de categoría profesional con el no profesional. Todo eso sí que es falso y se lo puede rotular ella misma con su cara de fondo en Twitter, que tanto le gusta.
La jaula está rota. ¿Que el Consistorio opta por repararla en lugar de adquirir otra? Perfecto, pero para arreglar una cosa se debe haber roto algo, digo yo. ¿Y que no ha sido por falta de mantenimiento?
Permítanme que me ría. Es como si alguien sufre una rajita en el parabrisas de su coche, lo deja estar y, de repente, llega un día de viento y se acaba de destrozar. ¿La culpa es del viento? Amigo, haberlo llevado a Carglass. Está claro que alguna persona debería darse una vuelta por Can Misses 3 para no tuitear de oídas y, de paso, empezar a hacer una política deportiva efectiva y no de pandereta.