Ahora que nuestros gobernantes están en Londres participando en la World Travel Market, arrecia en Baleares (más en Mallorca que en el resto de islas, todo hay que decirlo) el debate sobre la promoción turística que algunos proponen que desaparezca, como los ecosoberanistas de Més per Mallorca. Los socios minoritarios del Govern, Més per Mallorca y Unidas Podemos, le han tomado asco a todo lo que tenga que ver con el turismo, si es que no se lo tenían ya, aunque como faltaba tiempo para las elecciones, lo disimulaban todo lo que podían. Ahora que los comicios se acercan, intensifican los ataques a la principal industria de las Baleares y de la que dependen económicamente decenas de miles de empresas, autónomos y trabajadores.
Los morados insisten en duplicar la cuantía del Impuesto de Turismo Sostenible (ITS), lo que significa que, si consiguen imponer su criterio, todos acabaremos pagando más por alojarnos fuera de casa, aunque no hagamos turismo. Y si Més logra convencer a sus socios, no se hará más promoción turística, algo que supondría que el nombre de Balears desaparezca del mercado comercializador del sector turístico, una aberración que nadie que conozca de lo que habla, se atrevería a llevar a cabo. Por suerte, Francina Armengol y el conseller del ramo, Iago Negueruela, se han ido a la capital del Reino Unido a hacer lo que deben; y con ellos, los presidentes de consell insular. Pero llegamos al extremo que el vicepresidente del Govern, Juan Pedro Yllanes, dice ayer en Palma que sus colegas en el Ejecutivo no han ido a la feria de Londres a hacer tareas de promoción turística. Vamos, a escupirnos a la cara que «la Mare de Déu nom Joana». Así tratan a la ciudadanía, como imbéciles. Y a sus votantes, más.