Alrededor de las conductas relacionadas por abuso tecnológico han surgido varios trastornos o síndromes vinculados a la esfera digital. Uno de los efectos más comunes, que incluso es apreciable de manera directa por progenitores, es la incapacidad del menor para prestar atención de una manera prolongada en una actividad fuera del ámbito digital.
La atención parcial continuada es un término utilizado en psicología y neurociencia para describir la capacidad de mantener la atención en una tarea durante un período de tiempo prolongado, incluso a pesar de tener distracciones. Es decir, se refiere a la capacidad de concentración que una persona tiene durante la realización de una acción. La atención parcial continuada es importante en muchas situaciones, especialmente en el trabajo y en el estudio, donde se requiere mantener la concentración y la atención por largos períodos de tiempo.
Las investigaciones han demostrado que la capacidad de mantener la atención parcial continuada está relacionada con la actividad en la corteza prefrontal del cerebro, la cual está involucrada en la planificación y la toma de decisiones. Y es precisamente en este espacio cerebral donde son apreciables los efectos negativos del abuso tecnológico.
La tecnología puede afectar negativamente sobre la atención parcial continuada. Las pantallas, como los teléfonos inteligentes y los contenidos, como las redes sociales, pueden ser distracciones constantes y reducir la capacidad de las personas para mantener la concentración en una tarea específica durante un período prolongado de tiempo. A modo de simple de autoevaluación, ¿Eres capaz de ver una película completa en casa sin consultar en algún momento el móvil?
Por un lado, son numerosos los profesionales que refieren una evidente disminución de la atención parcial continuada en menores y que esta alteración se asocia a los contenidos y abusos tecnológicos. Y por otro lado, muchos docentes perciben como la capacidad de concentración de su alumnado cada vez está más limitada a periodos de atención más cortos. Incluso en alguna ocasión, se han realizado errores en los diagnósticos, equivocando la atención parcial continuada con trastorno de hiperactividad.
Para contrarrestar este riesgo relacionado con el consumo tecnológico sería importante encontrar tiempo donde los menores puedan entrenar y practicar actividades relacionadas con la meditación, el mindfulness y ejercicios de atención enfocada. También se ha demostrado que una dieta saludable, el ejercicio regular y el sueño adecuado pueden ayudar a mejorar la capacidad de atención a largo plazo.
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