La socialista Francina Armengol se postula como la candidata del PSOE para ser la presidenta del Congreso. Un puestazo, pues se trata de la tercera autoridad del Estado, la que tiene en su mano dirigir la Cámara baja, que es donde realmente se deciden las cosas que importan. Yo creo que a buena parte de los ibicencos la elección de Armengol para tan importante función les producirá urticaria, considerando cómo ha tratado a esta isla entre 2015 y 2023.
Si nuestro sistema sanitario está destrozado, es por su desidia y por su sectarismo. Para ella, era más importante que los médicos hablaran catalán que el que los ibicencos tuvieran una atención sanitaria adecuada. Si no tenemos la gestión de las residencias de mayores, es por su pretensión de que fuera traspasada al Consell con medios insuficientes. Si nuestras infraestructuras del agua son un desastre que solo funciona a la hora de verter mierda, es porque ella y sus consellers han pasado muy mucho de invertir lo necesario. Ahí está el tanque de tormentas del puerto como buena prueba de ello. Explotó en julio de 2022 y aún no está arreglado. Por no hablar de cómo nos birló el dinero del convenio de carreteras.
Armengol es también la que aprovechó la pandemia de COVID-19 para hundir aún más a Ibiza. Baste recordar cómo las medidas adoptadas contra la crisis fueron especialmente duras en esta isla, a pesar de que los datos de la pandemia eran aquí menos graves que en Mallorca. Allí, sin embargo, ella misma se saltó lo que prohibía a los ciudadanos para irse de copas.
Que el futuro de España esté en manos de un fugado de la Justicia que protagonizó una intentona golpista es duro. Que el del Congreso esté en manos de una radical como Armengol puede ser aún peor.