Ya se sabe que en las Pitiusas faltan todo tipo de profesionales, tanto en el sector público como en el sector privado. Arranca el curso lectivo en colegios e institutos, con 122 plazas por cubrir, 106 en Ibiza y otras 16 en Formentera. Esta vicisitud puede parecer y de hecho, nos parece, normal y lógica. Algo asumible, por así decirlo; pero no lo es en absoluto. La semana pasada, la única estación de ITV de la isla de Formentera tuvo que permanecer cerrada e inactiva, ante la falta de personal mecánico para atender el servicio. De tres inspectores en plantilla, sólo queda uno ya que dos se han marchado. Y lo peor es que, pese a los esfuerzos del Consell de Formentera, no hay forma de contratar a dos mecánicos. Así están las cosas en estas idílicas islas. Hemos puesto estos dos ejemplos que ilustran perfectamente el problema que enfrentamos, aunque podríamos haber puesto muchísimos más.
No es desconocida la situación de falta de trabajadores en la oficina de la Dirección General de Tráfico de Ibiza para atender todo tipo de trámites obligatorios para los conductores. Sólo abre dos días a la semana. Y qué decir de la escasez de examinadores. Hace un tiempo me contaron que ante la falta de mecánicos chapistas, los concesionarios oficiales se los robaban unos a otros; y dado que ya no se podía seguir ofreciendo más incrementos salariales, se ofertaban más días libres, de forma que algunos profesionales trabajaban sólo cuatro días a la semana. También albañiles, electricistas, instaladores de aires acondicionados, chóferes de camión y autobús… Ni las contratas de la limpieza municipal tienen suficientes operarios. No hablemos ya de médicos, enfermeras, policías, guardias civiles… Todo es básicamente por la falta de vivienda a precio asequible. Y si esto no se soluciona, tampoco lo hará todo lo demás. Aquí está el gran desafío.