‘Hipogresía’

La hipocresía de la izquierda es insufrible. Su oportunismo, lacerante. No es de extrañar que en Ibiza les vote cada vez menos gente, porque no se puede tomar a los ciudadanos por tontos. Si analizamos detenidamente su comportamiento en la manifestación del viernes pasado en Vila, y también su reacción a posteriori, cuesta creer que puedan mostrarse tan cínicos y descarados, como si no hubiesen gobernado en Baleares entre 2015 y 2023; y como si Pedro Sánchez no estuviese en la Moncloa desde junio de 2018. Muy al contrario, se nos muestran como si acabasen de llegar al poder y estuviesen recibiendo una herencia política catastrófica, cuando es justo al contrario. Son ellos los que dejan un legado infausto en materia de Vivienda, que es básicamente por lo que la mayoría de manifestantes se moviliza. Sus políticas fracasadas nos han traído hasta aquí. La sensación de saturación no ha surgido de forma espontánea, de un año a esta parte, seamos serios. Pero la izquierda trata de aprovechar el descontento social para utilizarlo políticamente, ahora que no gobierna. Utilizan las movilizaciones para pedir un cambio de rumbo en el turismo, pero ellos acudían a todas las ferias turísticas habidas y por haber. Reclaman limitar la llegada de cruceros, cuando la Autoridad Portuaria de Baleares promocionaba los principales puertos en cada feria internacional de navieras para que nos tuvieran en cuenta. Entonces no parecían muy preocupados por el monocultivo turístico, ni por diversificar nuestra economía, sino por desestacionalizar para que llegaran más turistas en temporada baja, cosa que se consiguió, por lo que no vale ahora desentenderse también de sus logros. La demagogia y el oportunismo no son buenos instrumentos en política; tampoco la incoherencia, diciendo se hizo una cosa en el Govern y ahora se defiende la contraria. La gente no es tan tonta.