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Opinión

Feministas (a ratos)

El diputado de Sumar, Iñigo Errejón, a su llegada a una reunión de la Junta de Portavoces, en el Congreso de los Diputados. | Europa Press - Alberto Ortega

| Ibiza |

Íñigo Errejón, abanderado de una izquierda que ondea la bandera feminista cuando le interesa, ha terminado mordido por un tiburón que sus propios ‘compañeres’ ayudaron a criar: el feminismo de conveniencia. Porque mientras su ‘líder de los derechos de todes’ acumulaba acusaciones por comportamientos machistas, el coro de ‘aliades’ se mantuvo en silencio, ese silencio estratégico que tanto domina. ¿La razón? Defender a un «indispensable» siempre se les da bien.

Ahora que el escándalo es inmanejable, en Sumar corren a desmarcarse y tapan vergüenzas como si fueran una sorpresa. Dicen que «desconocían» los rumores. Si el presunto culpable hubiera sido de derechas, las mismas voces ya estarían exigiendo una hoguera pública en la plaza de la «igualdad». Pero cuando el acusado es uno de los suyos, todo cambia: de pronto, hay que «respetar la presunción de inocencia», «esperar a la justicia». ¡Ay, cuánta elegancia en la hipocresía! ¡Qué poética manera de ignorar los principios cuando toca proteger a uno de los nuestros!

Por si fuera poco, Errejón tendrá el privilegio de beneficiarse de la famosa Ley del «Solo sí es sí». Esa misma ley que ya ha beneficiado a cientos de delincuentes sexuales, quienes han visto sus penas reducidas. Con un poco de suerte, si la justicia se le viene encima, nuestro progresista estrella podrá recortar su condena —¡y todo gracias a los mismos «feministas» que defendían tolerancia cero!—
Así, otra vez, la izquierda vuelve a mostrar que sus principios son flexibles, moldeables y, sobre todo, comodísimos, igual que los de Marx (Groucho, el bueno). Tampoco olvidemos que este drama bien puede ser la última jugada de Sánchez, siempre listo para engullir a los suyos cuando de poder se trata y, especialmente, en su momento de máxima flaqueza.

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