Ojalá España no vaya a Eurovisión

Debemos felicitar a José Pablo López, director general de RTVE, quien esta misma mañana lleva al Consejo de Administración del ente público que España no participe en Eurovisión. Ya va siendo hora de dejar de hacer el ridículo ante medio mundo. Si el pretexto es la participación de Israel en el certamen —que, dicho sea de paso, ha ganado el doble de veces que España (en 1978, 1979, 1998 y 2018) — me parece tan estupendo como si se dice claramente que no nos presentamos porque se ha abandonado toda esperanza de conseguir alguna vez el primer puesto. No ganamos desde 1969, cuando Salomé interpretó ‘Vivo cantando’. Yo ni había nacido. Hace más de medio siglo que el único éxito eurovisivo que recordamos es aquel. Desde entonces, nos hemos convertido en espectadores de un karaoke europeo que no nos hace ningún favor. Para seguir haciendo el ridículo año tras año, la verdad es que mejor nos quedamos en casa y eso que nos ahorramos. Ya era hora que alguien, aunque sea por indicación de Pedro Sánchez, que es quien le colocó en el cargo, muestre un poco de dignidad cultural y libre al país del escarnio público internacional que supone nuestra participación en Eurovisión. Y si la excusa ahora es que Israel participa, pues bienvenida sea. Cualquier cosa antes que participar en un certamen que no hay la menor posibilidad de ganar. Más ridículo resulta que Loterías y Apuestas del Estado, una empresa pública dependiente del Ministerio de Hacienda, haya patrocinado la Vuelta Ciclista a España y desde el Gobierno de España se haya tratado de boicotear la celebración de la prueba ciclista con la excusa de parar el exterminio del pueblo gazatí a manos de Israel. En España sabemos hacer esperpentos de calidad. Mejor dedicar el dinero a la UNRWA. Y ya de paso, que el CNI devuelva a Israel el sistema Pegasus, que costó 6 millones de euros.