Grandes inventos. La pistola

Nos hemos resistido bastante durante años, y no por motivos morales sino estéticos (es demasiado facilón), pero la verdad es que no se puede hacer un listado de los grandes inventos de la humanidad sin incluir la pistola, o mejor aún, las dos pistolas, que por algo tenemos dos manos. Omitirla sería una grave falsificación intelectual, ya que la pistola, de cualquier forma, tamaño y calibre, es el más célebre bien de interés cultural (BIC) que ha creado el ser humano. No sólo por su facultad de dar muerte a distancia, sino por su extraordinaria influencia en el arte, la cultura y la narrativa, siendo imposible calcular el número de novelas y películas que jamás habríamos disfrutado de no haberse inventado la pistola, el arma de fuego por excelencia, allá por los siglos XVI y XVII. Aunque ya se encuentran prototipos en el XV, y trescientos años antes los chinos disponían de un antecedente con cañón de bambú. Al principio se cargaban por la boca, como los fanfarrones y los arcabuces, y luego evolucionaron con la velocidad del pistolero más rápido del Oeste. Sin ellas, nos habríamos perdido media literatura universal, y también numerosos personajes legendarios (no sólo Clint Eastwood) a los que no se puede imaginar sin una pistola en la mano. Sólo nos quedaría la espada como símbolo de la civilización, pero si el mundo se fuese a la mierda, como parece, lo primero que reinventarían los supervivientes del pos apocalipsis, saltándose las hachas de piedra y las espadas, sería la pistola. Probablemente según los prototipos de Samuel Colt en 1845, que dieron fama a su frase «Dios creó a los hombres, Colt los hizo iguales». Bueno, quizá no tan iguales, pero se entiende el mensaje. El Colt, anterior a las pistolas automáticas, es el objeto cultural definitivo de nuestra cultura, aunque yo prefiero el revolver Webley, con una anilla en la culata para colgarlo del cuello como un crucifico, porque es el que llevaba Stevenson en 1879 cuando viajó a San Francisco en diligencia. Por estética, decía, dado que no llegó a usarlo. Por suerte, no le atacaron los bandidos. La pistola como uno de los grandes inventos de la humanidad suena facilón, pero había que hacerlo. Es así.