El PSOE de hoy no tiene nada que ver con el de ayer. Ni tampoco con el de mañana. El PSOE de hoy es una amalgama de incoherencias donde la única línea estable, parece, es la de desvalijarnos para después meter la mano en la caja y pagar putas, fiestas y vacaciones en Ibiza. Por cierto, que ya tardamos en fichar a Cerdán como mago de las finanzas porque gastar menos de 2.000 euros en una semana en Ibiza con la familia en el mes de agosto solo puede hacerlo un ser con algo más que altas capacidades.
La incoherencia de este socialismo es tal que hasta se llevan la contraria entre ellos. Mientras que aquí los socialistas apoyan que se pida a sus jefes la declaración de zona de emergencia por las últimas inundaciones y aplauden que esos mismos jefes sigan sin mover un dedo, en Madrid, el ministro Fernando Grande Marlaska afirma que no hace falta la dichosa declaración para poder acceder a las ayudas. ¿En qué quedamos? ¿Hace falta o no hace falta? Y los socialistas de Ibiza, ¿se enteran de algo o se limitan a aplaudir consignas como focas? ¿Para qué nos sirve esta gente?
El senador del PP Miquel Jerez ha puesto contra las cuerdas esta semana al ministro socialista. Y ha tenido que rogarle que aprueben de una vez la declaración porque, sin ella, será más difícil no solo arreglar lo destrozado sino levantar aquello que puede impedir que volvamos a vivir esa pesadilla. Pero Marlaska es socialista y eso hoy significa, entre otras cosas, que vive en una realidad paralela en la que, si no aplaudes al PSOE, eres el enemigo a abatir.
Más allá de la impotencia que genera esta situación que ya es la norma, se encuentra la pregunta de por qué la gente sigue votando a esta banda. Es algo que nadie en su sano juicio logra explicarse. Salvo que sean igual de malajes que ellos. O masa acrítica incapaz de distinguir el bien del mal.