El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro ha presidido este sábado, 6 de mayo, las ordenaciones presbiterales en la catedral de la Almudena entre la que se encontraba la del ibicenco Álvaro Roa Ruiz. «Habéis dejado muchas cosas por un tesoro especial e importante: prestar vuestra vida, para que Jesús, a través de vosotros, se haga presente en medio de los hombres. Hacedlo con la fuerza y la gracia de Dios», así lo aseguró el prelado.
Álvaro Roa Ruiz ha sido ordenado sacerdote tras su periodo de formación en el Seminario Misionero Redemptoris Mater de Madrid. Álvaro, de 30 años, es natural de Ibiza y ha vivido su fe en el Camino Neocatecumenal en la Parroquia del Ntra. Sra. del Rosario de Ibiza.
«Tres palabras pueden resumir lo que hemos escuchado en la Palabra de Dios: elegidos, servidores y viviendo y caminando», afirmó el cardenal Osoro en la Misa concelebrada por el obispo de Ibiza, monseñor Vicent Ribas, los vicarios episcopales y los rectores de los seminarios de Madrid. En esta línea señaló «sois elegidos para una tarea singular, en un momento importante en la historia de la humanidad. Estamos en una nueva etapa donde Dios no es un sobrante. Si se retira de ésta marcará un rumbo distinto, será menos humana».
El cardenal les advertía que están llamados a una realidad muy especial: «ser el Señor en medio de los hombres». Y les pidió: «No adulteréis esta misión, no hagáis que la tarea que os regala se oscurezca. Sois sacerdotes de Jesucristo». También dijo «servid a todos los hombres y amad a la Iglesia. Esta gran familia de la que somos parte y de la que el Señor os constituye servidores singulares de la misma; sabiéndonos elegidos y servidores del amor de Dios, viviendo y caminando con la fuerza que nos da la fe». El prelado les recordó «hombres viviendo y caminando con la fuerza de la fe…sabiendo que Jesús nos dice yo soy el Camino, la Verdad y la Vida».
Además, subrayó que «no se turbe vuestro corazón. Lo que quiere Jesús es invitaros a una confianza radical en el amor de Dios, que es más fuerte que todos los poderes de este mundo. Jesús nos invita a no perder la calma, a superar la inquietud y a disipar los miedos que nos paralizan». Haciendo referencia a la actualidad, el arzobispo de Madrid subrayó que «vivimos en un mundo, roto por profundas divisiones; en nuestras sociedades desarrolladas aumenta el cansancio, el estrés, la depresión y se diluye la falta de sentido. Hoy lo reconocen todos los que analizan nuestra sociedad, vivimos una crisis de sentido. Por ello, necesitamos descubrir el sentido global que tiene nuestra existencia en la vida, y quien nos lo da es Jesucristo».
Dios no pasa de moda
En esta línea afirmó que «Dios es una realidad de primera necesidad. No os dejéis engañar, Dios no ha pasado de moda». Y les recordó la importancia de ayudar a las personas, a encontrar su propio camino en un mundo en el que muchos están desorientados: «Hay gente que vive sin encontrar camino, su vida transcurre sin dirección».
El cardenal Osoro dirigió una pregunta a todos los asistentes a la celebración «¿quién abrirá camino a tanta gente desorientada, que desean vivir de verdad y no encuentran Caminos de Vida. La respuesta de Jesús a Tomás es única: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida"».
El arzobispo de Madrid les dio las gracias por entregar su vida. «Habéis dejado muchas cosas, pero sabéis que en Jesús resucitado encontramos las orientaciones que el ser humano necesita para vivir plenamente» y les invitó a ser «dadores del rostro del amor y de la ternura de Dios hacia los hombres…».
Concluyó dirigiéndose a los padres de los recién ordenados sacerdotes «a veces os ha costado entender la decisión de vuestros hijos. Os digo que vais a ser los más felices, siendo sacerdotes vuestros hijos, porque descubriréis cuando un ser humano entrega lo mejor de sí mismo, que es la vida para los demás, eso es lo más grande que puede acontecer».
El domingo 7 de mayo Álvaro celebró su primera misa acompañado de su familia, comunidad y amigos en la Parroquia de Santa Catalina de Siena, de Madrid, donde hasta ahora ha estado ayudando en las celebraciones.